Le olió el pelo. Había un tenue rastro del perfume que siempre se ponía, pero flotaba en un olor a sustancia química bastante más fuerte. Probablemente, el frasco monstruoso que él le había regalado ya sólo era alcohol. Para su siguiente cumpleaños le compraría tres frascos pequeños.
Una vez abiertos, los perfumes comienzan a perder los compuestos volátiles (ésteres, aldehídos y cetonas principalmente) responsables de su olor. Con el tiempo a veces huelen efectivamente a alcohol. No todo el mundo sabe que la industria cosmética es una importante salida para los químicos, donde tan importante es la composición del perfume como añadirle unos agentes enmascarantes que impidan a la competencia copiar el aroma.