lunes, 18 de agosto de 2025

LA LÍNEA DE LA BELLEZA (ALAN HOLLINGHURST) Y JAMES WATT

 Tomó la larga diagonal que pasaba por delante del monumento de Watts a, o de, la energía física: el jinete de muslos enormes tiraba de las riendas y miraba, en un fermento de descubrimiento, hacia Kensington Palace.

Pensaba que al hablar de energía el monumento el Watt citado sería James Watt, el escocés que perfeccionó la máquina de vapor y que por tanto dio el pistoletazo de salida a la Revolución Industrial, para lo bueno y para lo malo. Pero no, se trata de el escultor Watts. James Watt tiene no obstante su propia escultura en la abadía de Westminster, y bien que lo merece. Es el responsable de la unidad caballo de vapor para la potencia (yo propuse sin éxito el poney de vapor como submúltiplo) y tiene el raro honor de que se le haya puesto su nombre a una unidad del Sistema Internacional, el vatio o watt.

Y luego está también Charlie Watts (Watts his name? se cachondeaban Jagger y Richards), mítico batería de los Stones, quien no tiene aún su escultura en Londres pero que imprimió buena dosis de watios a la banda británica.

lunes, 4 de agosto de 2025

QUÉ SOLOS SE QUEDAN LOS MUERTOS (MEMPO GIARDINELLI) Y LA CONDENSACIÓN

 Había muy pocas mujeres, mucho bullicio, botellas de cerveza vacías por el piso y latas sudorosas de frío en las manos de la mayoría.

Me gusta mucho este tipo de imagen en la que se le da un nombre coloquial a un fenómeno físico, en este caso, la condensación. Nos ayuda mucho a los profesores a la hora de presentar y explicar ciertos conceptos. La condensación es el cambio de estado de gas a líquido. El aire que rodea a la botella contiene  vapor de agua que se condensa al contacatar con la superficie fría de la lata o botella. En esto interviene otro concepto un poco más complicado llamado punto de rocío.

El título de esta novela, que está muy bien, es un verso de Bécquer que contradice a un eufemismo que tenían los griegos, que llamaban al hecho de morirse ‘irse con los muchos’