lunes, 25 de julio de 2011

GENERACIÓN A (DOUGLAS COUPLAND) Y EL TRABAJO DE LOS CIENTÍFICOS

Vaya por delante que el autor de este blog no comparte la idea principal del siguiente texto, ni siquiera concede que se trate de una exageración, aun así y para ser refutado aparece en la entrada de este lunes

A causa de sus celos casi patológicos, nuestro científico no podía concentrarse en su tarea específica de investigación, que era la siguiente: apuntar pulsos laser sobre un caldo de proteínas específicas en su interior. Era una tarea que requería muchísima habilidad y décadas de formación pero que en definitiva era tan aburrida como almacenar cajas de cartón en The  Body Shop. El científico a veces se preguntaba si no estaría desperdiciando toda su juventud en un trabajo que en resumidas cuentas era un trabajo basura hipertecnificado

lunes, 11 de julio de 2011

EL NÚMERO Π (DAVID JOU) Y EL NÚMERO Π

Antes de la primera danza, ¿existió el perímetro?
Los astros
no miden el camino que recorren,
en el círculo de las olas
el agua ignora al agua y cada punto sigue las leyes,
inertemente.
Hasta que alguien dividió por vez primera
el perímetro del círculo y el diámetro,
y nació, inalcanzable, el número π
y fue como un rayo en una sala de espejos,
omnipresente,
ocupando las cúpulas celestes,
el período de los péndulos, el volumen de las estrellas,
la energía de la luz en equilibrio,
los saltos de los electrones en los átomos,
hasta perder su eco de pasos descalzos sobre la arena


Todo lo que cuenta que empezó a ocupar el número ∏ es verdad.incluído el período del péndulo. A partir de ahora van a parecer unas fórmulas, por si alguno quiere dejar de leer.El período de un péndulo simple es
T = 2Π (l/g)1/2
Una práctica muy sencilla es calcular la aceleración de la gravedad (g) midiendo el periodo (T)  y la longitud (l) del péndulo en el laboratorio, al despejar queda:
g = 4Π2l/T2
Haciendo esta práctica en el laboratorio a un alumno el factor 4l/T2 le salía experimentalmente igual a uno (¿sigue alguien ahí?), de donde se deducía la siguiente expresión chulísima que bautizamos como teorema de Garrido, en honor del alumno en cuestión:
g = Π2
Que además de dar una aproximación bastante buena al valor de la aceleración de la gravedad es tan bonita que por algún momento pensé que escondía algo misterioso detrás como la ley de las armonías de Kepler; aún sigo pensando que esta fórmula sólo se cumple en la Tierra por el valor característico de su densidad. Ya está, perdón por la castaña