lunes, 24 de enero de 2022

1984 (GEORGE ORWELL) Y EL SISTEMA INTERNACIONAL DE UNIDADES

 – ¿Y qué demonios es una ‘pinta’?- respondió el camarero inclinándose hacia delante con la punta de los dedos sobre el mostrador.

– ¿Lo habéis oído? ¡Se las da de camarero y no sabe lo que es una pinta! Una pinta es la mitad de un cuartillo y un cuartillo es la cuarta parte de un galón. A este paso tendré que enseñarte el abecedario.

– Nunca lo he oído- le espetó secamente el camarero- Litros y medio litros… Es lo único que servimos. Ahí enfrente tiene los vasos.

– Quiero una pinta- insistió el anciano- No te cuesta nada servirme una. Cuando era joven no teníamos esos puñeteros litros. Medio litro no basta. No sacia la sed. Y un litro es demasiado. Se me llena la vejiga. Por no hablar del precio.



Los anglosajones siempre han sido muy suyos con las unidades, que si las libras, las millas, los grados Fahrenheit… Una libra es medio kilogramo más o menos (las 100 libras de piel hueso que cantaba Jarabe de Palo bien correspondían con una flaca) y en Sevilla en los años 80 significaba 100 pesetas. Con las millas y los grados Fahrenheit debe uno tener ciertas precauciones si visita los Estados Unidos. Como una milla es más de un kilómetro y medio si viaja en coche verá que los numeritos que indican la distancia de las ciudades en la carretera bajan muy lentamente. También puede uno escuchar allí en la radio por la mañana que hace una temperatura de 77 grados y alarmarse, hay que tener cuenta que son sus Fahrheneit y no nuestros Celisius.

Con respecto a la pinta inglesa (568 ml) no puedo estar más de acuerdo con este señor, me parece la medida perfecta para la cerveza, aproximadamente la suma de un botellín y una lata. ¿Y qué es exactamente una pinta? Pues el texto no puede ser más claro: la mitad de un cuartillo que es la cuarta parte de un galón.

lunes, 10 de enero de 2022

LLÉVAME A CASA (JESÚS CARRASCO) Y EL LUTO COMO AGUJERO NEGRO

 La madre al lado, encorvada, disminuida por su propio luto. Su cercanía es un agujero negro que consume su energía.

Me parece apropiada la imagen, un auténtico luto no admite nada más. El que lo padece sufre hacia dentro y se disminuye, como dice el texto, y acapara su alrededor entorno al luto, no deja escapar nada, como un agujero negro.

Una de las conversaciones más fascinantes que he escuchado en mi vida fue entre dos gitanas, bastante jóvenes, en el autobús 27 de Sevilla, que te lleva desde Sevilla Este a la Plaza de la Encarnación. Una le explicaba a la otra cómo cocinar cuando una está cumpliendo luto, concretamente le indicaba lo inapropiado de añadir pimientos, rojos o verdes, a las lentejas. Me quedé con las ganas de escuchar más, pero llegó mi parada y me tuve que bajar