lunes, 17 de febrero de 2014

UNA TEMPORADA PARA SILBAR (IVAN DOIG) Y LA CAÍDA LIBRE DE LOS CUERPOS

Curso tras curso, todos nos lanzamos a experimentar la fuerza de la gravedad. Una pelota y una fiambrera vacía caían a la misma velocidad, pero también una pelota y una fiambrera que estaba llena, según descubrimos con asombro. Una bota y el capuchón de una pluma. La regla y el borrador de la pizarra. A Damon y a Grover se les ocurrió el experimento más diabólico: uno de ellos levantó en alto un saco repleto de carbón mientras el otro sostenía con delicadeza un alfiler. La ley de la caída de los objetos se cumplió una y otra vez, y con ese pie ya firme en la gravedad, Morrie nos fue elevando cada vez más alto, clase tras clase, hacia las maravillas del Universo.
- Copérnico- decía de pronto, como si se acordara de un conocido- , él sí que sabía dónde estaba el centro de las cosas.

Así lo prescribe la Física Clásica, dos cuerpos dejados caer desde una misma altura llegan al suelo al mismo tiempo. Esto, suponiendo que uno se haya en ausencia de otras fuerzas, en el vacío, porque si se deja caer por una ventana un elefante y una pluma llega antes el elefante al suelo, pero en el vacío llegarían a la par.
Recuerdo  que esto se ilustraba a la perfección en el primer capítulo de la séptima temporada de "los problemas crecen" (Growing pains), en la que Mike Seaver se lo explicaba a un jovencísimo Leonardo Dicaprio. No he sido capaz de encontrar dicho capítulo en internet, si alguien lo encuentra que me lo pase por favor

lunes, 3 de febrero de 2014

AÑOS DE PENITENCIA (CARLOS BARRAL), TÉCNICAS DE ILUMINACIÓN (ELOY TIZÓN) Y LAS RECÍPROCAS IMÁGENES NEGATIVAS ENTRE CIENTÍFICOS Y LITERATOS

Lo volvemos a aclarar: nada más lejos de las intenciones de este blog que enfrentar a los partidarios de las ciencias con los de las letras, pero no queremos volver la espalda a la realidad: los prejuicios y recelos existen, y aquí van un par de ejemplos. El primero de Carlos Barral en sus Años de penitencia:

… y varios titulados en ingeniería o en carreras técnicas, caracterizados por esa expresión estólida y suficiente y la correspondiente dificultad de elocución, personajes cuya identidad se diluiría para siempre...


Y en sentido contrario también (porque como cantaba aquel, de Algeciras a Pontevedra, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra), aquí  tenemos a Eloy Tizón en su libro de relatos Técnicas de iluminación.:

Se besaron en los labios con ternura, su mujer era maravillosa, olía a tubos de ensayo, a laboratorio clínico, a sala de hospital recién desinfectada, él no era bueno con las metáforas. Nunca se le habían dado bien aquellas cosas poéticas, Almeyda es científico racionalista, pragmático, a sus ojos el arte y la literatura eran extravíos propios de débiles mentales. Comparado con la neurobiología, todo es juego inofensivo y carreras de sacos. Una exótica pérdida de tiempo. Dos o tres veces había intentado leer una novela, nada, era imposible, se le caía de las manos a las pocas páginas. Suspiros, debilidades, enredos, sensibilidad enfermiza. Un alma fuerte no necesitaba de semejantes sucedáneos de vida.

Creo que ambos textos son altamente ofensivos y apuntan donde más duele. La semana que viene este blog cumple tres años, muchas gracias a todos por vuestra atención.