lunes, 30 de octubre de 2023

MI HERMANO (DANIEL PENNAC) Y EL DIAGNÓSTICO MÉDICO DE BARTLEBY

 

A veces topaba con médicos y con sus diagnósticos. Para la mayoría, Bartleby era esquizofrénico, claro.

Hebefrenia —propuso un psiquiatra—. Esa pérdida total del deseo, ese ensimismamiento, sí, sí, hebefrenia…

Un internista me habló de tuberculosis, tan común en el Nueva York del siglo XIX como en otras partes, y que suscita en el paciente una fatiga inmensa. Otro médico (¡Bartleby apasiona al cuerpo médico!) se inclinaba por una sífilis avanzada. Otro hablaba de una típica abulia. Una historiadora vinculó el estado de Bartleby con un tipo de psicosis que en la Edad Media, según ella, afectaba a los monjes copistas que mayor diligencia mostraban.

Si supiéramos qué le sucede a Bartbleby el cuento perdería toda su gracia. Pero su familia se quedaría satisfecha. Ahora muchos alumnos tienen un diagnóstico profesional que acredita y justifica su preferiría no hacerlo . Yo soy más bien de preferiría hacerlo luego, campeón mundial de procrastinación. El libro alterna capítulos en los que se cuenta la adaptación teatral de Bartleby y cómo reacciona el público con recuerdos del hermano fallecido del autor. Al final hay un sutil ajuste de cuentas con la cuñada

lunes, 16 de octubre de 2023

SOBRE EL ARTE DE LA NOVELA (FOGWILL) Y LA VIDA DESDE EL PUNTO DE VISTA TERMODINÁMICO

 La muerte es sitio, ahí todo tiempo se acabó. Es sabido que el fuego es una oxidación muy rápida y que la oxidación es sólo una pausada combustión. La vida es una oxidación muy lenta y retaceada por medio de sutiles recursos de la materia orgánica y, paradójicamente, los biólogos denominan “vida” a esos sutiles mecanismos moleculares que sirven para explicar la vida como una reiterativa y despaciosa oxidación programada que sólo se interrumpe con la muerte ¡La vida es fuego lento planificado! Y esa masacre: una amplia oxidación muy súbita

En esta bitácora pensamos que con las letras de las canciones de Camarón pueden explicarse todos los aspectos importantes de la existencia humana. Este texto de Fogwill queda completado y alumbrado por el fandango de Camarón que decía: «también nos condena a muerte, cuando Dios nos da la vida, también nos condena a muerte«. Las definiciones epatantes de la vida gustan mucho, uno puede empezar una charla TED haciéndose el guay y preguntando: ¿cuál es la enfermedad que se transmite por vía sexual y que aunque hemos conseguido retrasar sus efectos negativos sigue siendo mortal en el 100% de los casos? Cuando la gente diga SIDA uno dice gritando ¡la vida!

Naturalmente, uno debe intentar disfrutar la vida sin los sombríos presagios de Camarón y sin visiones estrechadas por la ciencia, como la que propone Fogwil

lunes, 2 de octubre de 2023

NADIE CONOCE A NADIE (JUAN BONILLA) Y LAS ARMAS QUÍMICAS

 —Los gases letales o nerviosos son básicamente tres. El tabum, propuesto por el fisiólogo alemán Wirth en 1935 para ser usado militarmente, el sarín (compuesto de monoisopropil-metil y fluorofosfato), tres veces más tóxico que el anterior y treinta veces más venenoso que el fosgeno, y el somán, algo más tóxico aún que el sarín, descubierto por químicos nazis ya casi finalizada la guerra, en 1944. Más recientemente se han fabricado gases aún peores, por ejemplo el VX, puesto a punto por el Ejército norteamericano en los años sesenta y que en 1968 provocó la muerte instantánea de seis mil ovejas que pastaban a cincuenta kilómetros del centro donde se produjo un pequeño escape. El gas VX es diez veces más mortífero que el sarín. Cinco kilos lanzados sobre un campo de fútbol matarían instantáneamente a la mitad de los espectadores. Para obtener gas tabum como el que se utilizó en el atentado del Tren de Alta Velocidad basta un laboratorio convenientemente equipado, como el que cuenta la Facultad de Químicas, de donde proceden las sustancias con las que se superó la octava prueba del juego.

Hay vida más allá de Oppenheimer, o antes de Oppenheimer, mejor dicho. Ya entonces los militares pedían a los científicos maneras de matar mucho y rápido. Son cosas que no ayudan a mejorar la imagen de la ciencia. Ahí están unos buenos ejemplos, el sarín, el tabum, el gas VX, y como dice Juan Bonilla al alcance de cualquier loco prácticamente. Yo mismo he estado buscando información de alguna de estas sustancias para la redacción de estas líneas y me da ahora reparo que el señor algoritmo se sospeche que soy terrorista