lunes, 30 de octubre de 2023

MI HERMANO (DANIEL PENNAC) Y EL DIAGNÓSTICO MÉDICO DE BARTLEBY

 

A veces topaba con médicos y con sus diagnósticos. Para la mayoría, Bartleby era esquizofrénico, claro.

Hebefrenia —propuso un psiquiatra—. Esa pérdida total del deseo, ese ensimismamiento, sí, sí, hebefrenia…

Un internista me habló de tuberculosis, tan común en el Nueva York del siglo XIX como en otras partes, y que suscita en el paciente una fatiga inmensa. Otro médico (¡Bartleby apasiona al cuerpo médico!) se inclinaba por una sífilis avanzada. Otro hablaba de una típica abulia. Una historiadora vinculó el estado de Bartleby con un tipo de psicosis que en la Edad Media, según ella, afectaba a los monjes copistas que mayor diligencia mostraban.

Si supiéramos qué le sucede a Bartbleby el cuento perdería toda su gracia. Pero su familia se quedaría satisfecha. Ahora muchos alumnos tienen un diagnóstico profesional que acredita y justifica su preferiría no hacerlo . Yo soy más bien de preferiría hacerlo luego, campeón mundial de procrastinación. El libro alterna capítulos en los que se cuenta la adaptación teatral de Bartleby y cómo reacciona el público con recuerdos del hermano fallecido del autor. Al final hay un sutil ajuste de cuentas con la cuñada

2 comentarios:


  1. Hubo un tiempo que no había internet ni seguridad social ni mucho menos hebefrenía ni diagnósticos de psicólogos desahogados que le envían el paquete diagnosticado al docente.
    El pueblo a veces acudía a los curanderos con fe cuando tenìan "los nervios en el estómago" o " se iban de varetas" . Estos eran antecesores cucos de las cientificas herboristerias y de los fisioterapautas de ahora. Nihil novum sub sole. Todo vale para ver si "se echan los sapicos fuera"

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  2. Asín es, querida Woman

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