lunes, 19 de enero de 2015

DOS HILITOS DE SANGRE (FOGWILL), LA DINÁMICA DE FLUIDOS Y EL TEOREMA DE TORRICELLI

Hilitos de sangre que manando de la cabeza de sus propietarios corrían por sus nucas, tan parecidos que en la memoria sólo atino a diferenciarlos por la velocidad con que se desplazaban por la nuca, por el cuero cabelludo y por la piel del cuello de ambos taxistas. Debo recordar que atribuyo esa diferencia de velocidades a una diferencia en el grado de densidad o viscosidad de las sangres de ambos choferes y no a la naturaleza de la fuente de su manar, ni a la presión- sanguínea- con que ambos hilitos de sangre afloraban, y menos aún me comprometería a sugerir que la diferencia de velocidad estuviese determinada por una magnitud diferente de los orificios fuente del hilito, factores que para un sistema de circulación de fluidos en los que la velocidad depende del cociente entre la presión y el tamaño del orificio, para una determinada viscosidad, abonan en favor de una interpretación mecánica de los hechos. Para mí, este era un caso típico de diferencias entre distintos grados de viscosidad o densidad del fluido, y no un mero caso de diferencias entre presiones del interior de los sistemas (es decir, los dos choferes), ni de diferencias entre las magnitudes de los puntos de encuentro entre lo interior (los cuerpo) y lo exterior (las pieles, los cueros cabelludos, la cuatricentenaria gran ciudad) es decir, la herida, el orificio, la llaga, el agujerito o “el estigma, cualquiera sea la naturaleza o la hipótesis sobre la naturaleza del origen de ese punto de encuentro entre el interior y el exterior, es decir, cualquiera sea la hipótesis sobre el origen del punto de origen del hilito


La Dinámica de fluidos es una de las ramas de la Física que más aburrida me pareció al estudiarla. Se me abren las carnes al recordar el número de Reynolds. Aquí Fogwill se hace un poco de lío en algunas cosas, como en identificar densidad y viscosidad (cuando no son lo mismo como atestigua el ejemplo del aceite, menos densoy sin embargo más viscoso) , pero en general no está tan mal el texto. Otro pero que se me ocurre es que la sagre es un fluido no newtoniano, lo que hace que su estudio sea especial.

lunes, 5 de enero de 2015

EL TIEMPO RECOBRADO (MARCEL PROUST) Y LAS MEDIDAS RIGUROSAS DE TIEMPO

Por lo demás, que ocupamos un lugar que aumenta continuamente en el Tiempo lo siente todo el mundo, y esta universalidad no podía menos de alegrarme, porque lo que yo debía procurar esclarecer es la verdad, la verdad que todos sospechan. No sólo todo el mundo siente que ocupamos un lugar en el Tiempo, sino que el más simple mide este lugar aproximadamente como mediría el que ocupamos en el espacio, puesto que personas sin especial perspicacia, al ver a dos hombres que no conocen, los dos con bigote negro o afeitados, dicen que son dos hombres de unos veinte años el uno, de unos cuarenta el otro. Desde luego, solemos equivocarnos en esta evaluación, pero el hecho de haber creído que podíamos hacerla significa que considerábamos la edad como cosa medible. Al segundo hombre de bigote negro se le han sumado efectivamente veinte años más



Se habla mucho en los manuales de ciencia de los tipos de errores en las medidas: sistemáticos...Además del error inherente al proceso de medida por el hecho de interferir en el sistema. Por no hablar del propio principio de incertidumbre.
Todos estos errores quedan eliminados o al menos minimizados si se aplican factores correctores rigurosos como el que plantea Proust en el texto para el tiempo: por cada bigote hay que sumar veinte años