"A
la serenísima Señora la Gran Duquesa Madre:
Hace
pocos años, como bien sabe vuestra alteza, descubría en los cielos
muchas cosas no vistas antes…"
¿Qué
no darías por haber escrito un principio de carta como este de
Galileo a Cristina de Lorena, gran duquesa de Toscana
Mientras leo siempre estoy atento a ver si encuentro un fragmento para sacarlo en el blog. Cuando encuentro uno me pongo muy contento y doblo el pico de la página correspondiente; sé que hay gente que considera una aberración doblar los piquitos de las páginas, pero yo soy de mentalidad abierta respecto a este asunto. La alegría fue doble cuando encontré este fragmento, porque no sólo encontré el texto sino también el propio comentario que yo hago, así que nada más tengo que añadir, salvo quizá hacer notar cómo de diferentes eran las publicaciones científicas (de las que hablábamos la quincena pasada) en el siglo XVII
Efectivamente, Sr. Partre, la última frase parece escrita por usted. Y efectivamente, es un buen comienzo de carta.
ResponderEliminarA mi me atraen los comienzos en general. Por ejemplo, si un libro me ha gustado, me vuelvo a leer el principio para ver cómo empezó todo. Y lo mismo con las películas.
Un comienzo muy afamado es el de Cien años de soledad: "muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"
Saludos
Querida Agnes
ResponderEliminarA eso me refería, es que ya venía hasta el comentario que yo hago. Además de películas y libros, es importante cómo entra uno en una ciudad por primera vez, lo dice Trapiello en sus diarios. Para salir de la ciudad da un poco igual, añade luego.
A mí últimamente me gusta mucho el comienzo de un relato de David Foster Wallacw que se titula "El suicidio como una especie de regalo", dice así:
"Había una vez una madre que lo pasaba muy, pero que muy mal, emocionalmente, por dentro"
Me parece que es un comienzo prometedor
Saludos cordiales
Luego a luego hablan las feministas de la relegación de la mujer en el pasado pero no hay más que ver el respeto y la hidalguía con la que se dirige el admirable tozudo Galileo a Ella, aque debía ser entendida y estar interesada en serenísimos firmamentos y debía contar mucho para que su serenísimo consorte o los mecenas allegados dispusieran los fondos para la rebusca y peinado de los astros. Y por si no lo recuerda bien, apostilla sagazmente el sabio, "como bien sabe vuestra alteza"
ResponderEliminarHablando de comienzos de libros y tratándose este año de la celebración de Cela,maestro de la sintaxis, recuerdo con espanto y conmiseración elcomienzo de Pascual Duarte "Yo ,señor juez, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo." Y estaba como Aureliano Buendía mas "pallá" que "pacá"
Dear Woman
ResponderEliminarTenía yo un amigo que tan modesto era que además de utilizar mucho lo "como bien sabes" me enseñó, en el colmo de la modestia, que no estaba del todo bonito decir:
- Sí, he leído ese libro
Sino que era más elegante decir algo así como "he oído hablar de ese libro, sí", o "me ha dicho un amigo que está muy bien", y cosas por estilo.
A mí es que, como sevillano de la diáspora, Pascual Duarte me suena casi a calle de Feria.
Saludos cordiales
¡Desde luego que han cambiado las publicaciones científicas del siglo XVII a la actualidad! Pero no hay que remontarse tan lejos; en las últimas décadas el cambio producido ha sido enorme, sobre todo, en cantidad. Es tal el número de artículos científicos y revistas especializadas que se publica hoy día que se hace imposible su lectura. Aunque esto no parece ser demasiado importante ya que, en la actualidad, un artículo científico se diseña para ser publicado y no para ser leído. Aunque toda investigación científica no está completa hasta que no está publicada y sometida a la revisión de la comunidad científica, el viejo proverbio de “publicar o perecer” ha ido, poco a poco, haciendo que la publicación sea el fin primordial de la investigación, hasta el punto que puede decirse que, actualmente, un “problema científico” es todo aquello que puede dar origen a una publicación en una revista de alto índice de impacto.
ResponderEliminarA propósito del tema, y hablando de buenos comienzos, a los que yo también soy muy aficionado, ¿qué me dice de este M. Partre?: “There are four things that make this world go round: love, energy, materials and information. We see about us a critical shortage of the first commodity, a near-critical shortage of the second, increasing shortage of the third, but an absolute glut of the fourth”.
Es el primer párrafo del prefacio a la segunda edición del libro de Robert A. Day “How to write and publish a scientific paper”.
Estimado Jacob B.
ResponderEliminarEl primer párrafo de su comentario es diagnóstico tan certero de la situación que no se me ocurre nada más que añadir o comentar.
Ese comienzo es muy bueno, me gusta. Yo estoy ahora alternando libros de divulgación científica con libros de literatura, para mantenerme un poco en forma. También llevo por delante una novela en inglés que me hay leído previamente en español. Ese comienzo me ha recordado algo a un parrafito de Tres tristes tigre, de Guillermo Cabrera Infante que me gustó:
“Freud olvidó una sabiduría de otro judío, Salomón: el sexo no es el único motor del hombre entre la vida y la muerte. Hay otro, la vanidad. La vida ( y esa otra vida, la historia) se ha movido más por la rueda de la vanidad que por el pistón del sexo”
Saludos cordiales
Sí que nos parecen tan diferentes las publicaciones científicas de entonces. Hasta donde uno sabe de entonces. Sabemos sin embargo algo sobre las que se hacen hoy. Con un poco de atención lo que constatamos hoy es la mismísima confusión. Cualquiera de nosotros planta sobre la mesa el último artículo leído en tal periódico. Periódico que ya no puede prescindir de ocupar al menos tres o cuatro páginas semanales con lo último de lo último. Lo del método y la rigurosidad parece que cada vez lo dejamos más para aplicarlo en favor de nuestro crédito al hacernos creer en nuestra aportación a la tertulia. Todos hemos visto en alguna ocasión cómo un video con argumento sobre ganadería, pongamos, va firmado al siguiente dia por el mismo experto, pero sobre el sistema inmunológico. Es algo que podemos confirmar cualquier semana en la televisión sobre todo. En cambio no terminamos de llegar a ver el gran hallazgo que supondría observarnos incapaces de maravillarnos unas cuantas veces al dia con el redescubrimiento de lo ordinario, de lo elemental ante nosotros, en esa interacción en la que está todo por hacer. Nada nuevo bajo el Sol...
ResponderEliminarEstimado Pedro:
ResponderEliminarNada nuevo bajo el Sol ... Partre. Veo que se centra en las publicaciones en los medios de comunicación. Hay ya una cierta discusión clásica sobre si las noticias científicas las haría mejor un científico al que le gustar escribir ( es un trabajo que a mí me gustaría hacer) o un periodista especializado en ciencia (¿existe esa especialidad?). Aunque es en realidad una polémica que afecta a todos los campos y a la naturaleza del periodismo, por ejemplo, el mismo razonamiento, las crónicas deportivas las podría hacer un experto en fútbol que escribiera dignamente (yo sería la persona más feliz del mundo si mi trabajo fuera escribir las crónicas del Sevilla F.C, por ejemplo) o un periodista especializado.
La última parte de su comentario me ha recordado una canción del último disco de Soleá Morente que me gusta, Oración
Saludos cordiales
Me ha dado qué pensar el comienzo de la entrada, por aquello de "la Gran Duquesa Madre. También merecen mucho respeto las Reinas Madres. Todo esto sería deseable que ensalzara algo más la maternidad que últimamente, a mi entender, no ocupa el puesto que merecería.
ResponderEliminarMagnífico el comienzo del prefacio del libro de Robert A. Day. Parece que todos los "bloguistas" (y pido perdón por utilizar esta antiestética palabra) estamos de acuerdo en cómo no sólo perdemos los valores sino también las formas, el rigor, el trabajo bien hecho,... Más vale no continuar con esta lista casi interminable porque la depresión no tardará en hacer su aparición.
Antes de terminar es obligado hacer referencia a la "epopeya" que deseamos que tenga lugar hoy entre el Sevilla y el Barcelona. Esperemos que, a pesar de la estelada y seguramente la falta de la Cruzcampo, todo vaya sin problemas y con final feliz. Por supuesto, para la afición sevillista. Que así sea. Como dirían algunos que rezan para conseguirlo.
Saludos a todos.
Evanesc
He disfrutado mucho con todos los comentarios a esta entrada y a la anterior. Su blog es bueno, Sr. Partre, pero qué me dice de los comentaristas que tiene.
ResponderEliminarSi mi marido le viera doblar los piquitos de las hojas de los libros creo que entraría en shock. No lo soporta. A mi en cambio, me pasa como usted, no lo veo tan grave. Lees algo en un momento que te gusta o interesa, no tienes nada a mano, pues tiras de doblez de hoja. El libro queda mancillado pero con honores.
Pues sí, el asunto de cómo publicar papers ha cambiado mucho desde Galileo hasta ahora. La época digital nos facilita mucho la tarea de envío y recepción de los manuscritos revisados pero supongo que seguimos teniendo los mismos problemas de siempre a la hora escribir bien los artículos. Y es que a los científicos no nos enseñan a escribir y luego pasa lo que pasa. Aún así, prefiero tener que escribir mi propio artículo que dejar esa labor a otra persona que no conoce bien los experimentos. Es como cuando un pedagogo te viene a decir cómo tienes que dar tus clases de Fisiología, ¿él sabe Fisiología ni ná?. El libro de Robert A. Day que menciona Jacob B debería ser de lectura obligada para los que nos dedicamos a ésto.
Como veo que en este blog hay afición al Sevilla FC, yo también deseo un final feliz para la afición sevillista y que usted, Sr Partre, pueda hacer una crónica del partido como es su deseo, si no en periódico deportista, al menos en un comentario a este blog.
Saludos.
Estimada Evanesc
ResponderEliminarLa maternidad es algo dificílismo, que me causa mucha admiración, es lo más bonito que ha parido madre.
Parece que ha gustado el texto de Robert A. Day que nos ofecía Jacob B., está muy bien.
Sobre las cosas que se van perdiendo... voy a comentar, igual que hice con Pedro, con otra canción, las Bulerías de Juan el Camas donde se dice aquello de:
"No nos interesan
las cosas modernas que sacan todos los días.
Cada día es más caro todo y es más difícil vivir.
¿A dónde me voy a najar yo?
Ay, que no puedo aguantar más aquí."
Pero a la vez tenemos un blog, que por lo menos era moderno hace unos años, porque como todos los seres humanos tenemos nuestras contradicciones, que son las características que más nos definen.
Con respecto a la epopeya que no pudo ser me gustaría aclarar en en la cancha de los cánticos, tanto en ingenio literario, como en entonación y compás ganamos.
Saludos cordiales
Hola Panchi
ResponderEliminar¿Que qué le digo de los comentaristas del blog? ¿A mí me va a decir tú cómo estaba la plaza?
A favor de doblar libremente y sin cargo de conciencia los piquitos diré que es un proceso totalmente reversible. He doblado piquitos en libros prestados, luego he deshecho la operación al devolverlo y no se nota en absoluto. Yo he perfeccionado el sistema, y si la parte que me interesa está en la parte inferior de la página, doblo la esquina de abajo en vez de la de arriba. De tal manera que con el libro abierto hay cuatro puntos de señalización.
La crónica bonita sería la del previo del partido, que disfruté mucho y de cómo el pueblo madrileño nos animaba a ganar, cosa que me ocurre por primera vez en Madrid y aún no me explico por qué.
Vengaaaaaaaaa