De enólogos era de lo que peor
andábamos. Todos los que están en el vino saben que un buen enólogo es una joya
y que cuesta guardarla de la codicia de los colegas hipócritas. Los enólogos,
no hay gente más caprichosa. Que no se resfríe el enólogo. Que no tenga un
disgusto con la parienta. A veces íbamos a espiar a La rioja. O a sonsacar a
los del Priorato, los catalanes tienen de bueno que son claros a la hora de
hablar de pesetas. Pero siempre nos guardábamos un respeto, el de que todos
somos españoles
Si volviera atrás en el tiempo elegiría Enología como asignatura optativa cuando era estudiante de Química. En aquel momento no me interesaba el vino; hay cosas que se valoran al madurar: el vino, los paseos solitarios con los brazos detrás de la espalda...
En vez de Enología, cogí aquellas asignaturas que, o bien no tenían exámenes, o bien los exámenes estaban en la copistería desde hacía ya muchos años: Materiales Cerámicos, Tecnología de los Alimentos (en donde hice mi famosa mermalada de albaricoque como trabajo final)
Si yo hubiera sido suficientemente maduro y hubiera cogido Enología, a lo mejor me habría especializado y ahora estaría trabajando en una bodega de Jerez, haciendo un descanso por la mañana para tomar una copa de manzanilla con unos sabios de Jerez que me mimarían como al enólogo del texto.
Pero bueno, así es la vida, combinar el empuje de la juventud con la sabiduría y la experiencia sería como hacer trampa, te convertirías en invencible, de manera que está bien que sean así las cosas
Si volviera atrás en el tiempo elegiría Enología como asignatura optativa cuando era estudiante de Química. En aquel momento no me interesaba el vino; hay cosas que se valoran al madurar: el vino, los paseos solitarios con los brazos detrás de la espalda...
En vez de Enología, cogí aquellas asignaturas que, o bien no tenían exámenes, o bien los exámenes estaban en la copistería desde hacía ya muchos años: Materiales Cerámicos, Tecnología de los Alimentos (en donde hice mi famosa mermalada de albaricoque como trabajo final)
Si yo hubiera sido suficientemente maduro y hubiera cogido Enología, a lo mejor me habría especializado y ahora estaría trabajando en una bodega de Jerez, haciendo un descanso por la mañana para tomar una copa de manzanilla con unos sabios de Jerez que me mimarían como al enólogo del texto.
Pero bueno, así es la vida, combinar el empuje de la juventud con la sabiduría y la experiencia sería como hacer trampa, te convertirías en invencible, de manera que está bien que sean así las cosas