lunes, 23 de diciembre de 2013

EMILIO PRADOS Y LA MUERTE TÉRMICA DEL UNIVERSO

Cuando mueran los astros, los hombres y las piedras
y se olviden los árboles, las aguas y las nubes,
cuando, sin fuego, el mundo se pierda en sus ruinas,
cuando muera el Espacio, no hallando este reposo,
y, hueco, el Universo sus transparencias hunda:
Ay, el tiempo, soberbio, mordido por su engaño,

Destejido y sin nombre, huirá bajo la angustia

En este blog se intenta practicar la variedad, y así de las 91 entradas que lo componen, sólo se han repetido tres obras literarias: El rey pálido del pobre David Foster Wallace, Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante y Juan Belmonte, matador de toros, de Manuel Chaves Nogales. También existe variedad en la otra parte del blog, la científica; no obstante un tema bastante usual en los textos literarios es la entropía y las consecuencias derivadas de ella, por razones que no son difíciles de adivinar.
Una de estas consecuencias del segundo principio de la termodinámica sería la hipótesis cosmológica conocida como Big Freeze, según la cual el universo se expandería indefinidamente y por tanto alcanzaría la muerte térmica, por congelación.
Este poema de Emilio Prados, del que ignoro el título y el modo en que llegó hasta mi cuaderno, reflejaría ese momento de humillación en el que el Universo se ve tratado como un vil sistema termodinámico.  

lunes, 9 de diciembre de 2013

ENSAYOS (NATALIA GINZBURG), EL MÁXIMO COMÚN DIVISOR Y EL MÍNIMO COMÚN MÚLTIPLO.

Al final dejé de tener miedo. Pero lo convertí en un símbolo de todo lo que me era desconocido y me inspiraba terror. Él lo era todo : las matemáticas, que no entendía y que mi madre, siempre inadecuada, seguía llamando ‘aritmética’; era el Mínimo Común Denominador y el Máximo Común Múltiplo; era mi vida fuera de casa, en la niebla, lejos de mi madre; era mi soledad, mi ineptitud para tener amistades, mi cansancio de los deberes, mi disgusto de crecer, la melancolía que me asaltaba cuando la oscuridad llegaba a la ciudad, cuando miraba por la ventana las calles entristecidas y nocturnas.

Varias veces se ha indicado en este blog que una inexactitud científica no resta valor alguno a una obra literaria, pero pensamos que en este caso es algo tan sencillo que podría haberse evitado. No sabemos si computarle el error a Natalia Ginzburg o a alguna de las traductoras del libro: Flavia Company y Mercedes Corral. En cualquier caso donde dice "Mínimo Común Denomidador y el Máximo Común Múltiplo" debe decir mínimo común múltiplo y máximo común divisor. Resulta además curioso que este pequeño desliz aparezca en el texto justo después de que la autora (con esa impaciencia que a veces los hijos gastamos con los padres) eche en cara a su madre una imprecisión de mucho menor calibre para mi gusto.