Tenía que ser todo como lo habían planeado, pero ella siempre, siempre guardaría en su corazón el recuerdo de su enterrado rencor, su sabor químico, y éste contaminaría y corroería la boda y su recuerdo, de forma invisible pero indudable, como un baño de ácido
Esta es una nueva acepción de la quimiofobia muy interesante. Normalmente la quimiofobia clásica asigna todos los males a la Química en oposición a los productos naturales sanos y benévolos, ‘libres de químicos’, dice la publicidad, como si eso fuera posible. Los químicos, sean productos o los que hemos estudiado Química, son inevitables y, como decía Camarón de los gitanos, ‘habemos buenos y malos y también semos cristianos‘
Aquí la quimiofobia da un paso más allá y atribuye carácter químico a los sentimientos desagradables, que contaminan y corroen las cosas buenas de la vida. El rencor con sabor químico, la verdad es que hay que reconocer que no está mal del todo.
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