lunes, 8 de junio de 2015

LA REGENTA (LEOPOLDO ALAS CLARÍN) Y EL DELIRIUM TREMENS

-          Además, hoy en día el pobre don Santos ya no tiene dinero ni para emborracharse, ya no puede beber de pura miseria… Y aunque ustedes no comprendan esto, la ciencia declara que la privación del alcohol precipita la muerte de ese hombre, enfermo por abuso del alcohol…
-          ¿Cómo es eso, hombre?- preguntaba el arcipreste
-          A ver, explíquese usted- decía Fojá
Don Robustiano sonreía; movía la cabeza con gesto de compasión y se dignaba a explicar aquello. “Don Santos, aunque se pasmasen aquellos señores, a pesar de morir envenenado por el alcohol, necesitaba más alcohol para tirar unos meses más. Sin el aguardiente, que le mataba, se moriría más pronto”
-          Pero don Robustiano, ¿cómo puede ser eso?
-          Señor Foja, ahí verá usted. ¿Conoce usted a Todd?
-          ¿A quién?
-          A Todd
-          No señor
-       Pues no hable usted. ¿Sabe usted lo que es el poder hipotérmico del alcohol? Tampoco; pues cállese usted. ¿Sabe usted con qué se come  el poder diaforético del citado alcohol? Tampoco; pues sonsoniche. ¿Niega usted la acción hemostática del alcohol reconocida por Campbell y Chevrière? Hará usted mal en negarla; se entiende, si se trata del uso interno. De modo que no sabe usted una palabra...

 Parece ser que Todd, Campbell y Chevrière son unos expertos de la época en los efectos del alcohol. Yo, no sé por qué, dudo si no serán nombres inventados por Clarín. Si fuera Galdós me fiaría, pero de Clarín, no sé no sé...
Sobre el delirium tremens escuché una vez algo en una charla que le dieron a mis alumnos en tutoría. (Nótese que a los que nacimos en los 70 ninguna orientadora ni sexóloga nos  dio charlas y sin embargo nos hemos drogado menos y hemos embarazado indeseadamente menos a nuestras coetáneas, a las que además tratábamos sin violencia de género alguna)
La charla la daba un centro de desintoxicación y nos contaron que el único síndrome de abstinencia que no pasaban a pelo era el del alcohol, porque ese es obligatorio pasarlo en un hospital, ya que puedes morirte. A mí aquello me llamó la atención: puedes dejar la heroína tú sólo a lo bruto (Raimundo Amador recomienda hacerlo así, sin metadona, porque se pasa tan mal que no se vuelve, “yo daba botes hasta el techo”, decía el pobre) pero para dejar el alcohol se requiere asistencia sanitaria

9 comentarios:

  1. Muy interesante todo, amigo, aunque me deja algo desconcertado el que usted no se fíe de Clarín y sí de Galdós. Por qué razón, amigo, qué encuentra usted en Galdós que no tenga persona tan proba como Clarín. Le ocurre a usted como a aquellos expertos que dicen que las listas de libros que cita Borges en alguno de sus textos (en Pierre Menard, autor del Quijote, por ejemplo) son listas de libros inexistentes, que no hay tales libros, vaya y que Borges se los inventa. O quizás aquello que me contaron de unos alumnos que en un trabajo escrito pusieron en la bibliografía títulos inexistentes cuya autoría se la adjudicaban a cada uno de los jugadores de la selección alemana de la época. Y pasó desapercibido en primera instancia.
    Muy lúcida su reflexión, amigo, sobre el exceso de conferencias y charlas para dirigir la vida de los jóvenes. De tales asuntos, los verdaderamente importantes, no se puede, no se debe hablar, pues, como enseñó Wittgenstein se muestran a sí mismos en otro lenguaje que no es el descriptivo de las palabras. No se enseña justicia sino siendo justo, ni se enseña puntualidad, es un poner, si no se es puntual.
    Atentos saludos

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  2. Buenas tardes Basin
    Ignoro en qué se basa mi preferencia por Galdós, o mi prejuicio hacia Clarín en cuanto fiabilidad de las citas
    Eso que dice de las conferencias me ha recordado algo escribió Pavese en El oficio de vivir:
    "¿Por qué dar conferencias? Periódicos y libros son accesibles a todos –incluso a los camaradas más abandonados. Hay en las conferencias un ajetreo espectacular y activista que agrada mucho a los go-getters (emprendedores gente activa). En cuanto a que las conferencias desmigajen más fácilmente el pan de la ciencia, respondo que nada culturalmente válido sale nunca de una conferencia, que todo lo que se ha escuchado en ella, si ha de fructificar, habrá de buscarse después en los libros…¿Y entonces? Queda solamente que sea una escuela de facilonería y éxito. El camarada que no esté dispuesto a quitarse el sombrero ante la cultura y a esforzarse y a entrar en un templo (eso parece al principio, después se convierte en nuestra propia sangre), que siga siendo ignorante. Se lo merece."
    De Wittgenstein tengo apuntadita una cita que a lo mejor saco aquí, el punto 6.52 del Tractatus
    Un saludo

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  3. Una tertulia aparece aquí a pelo ,sin radioyentes ni televidentes que le asistan. Don Robustiano lleva la voz cantante, es la voz del raciocinio ilustrado. El arcipreste osa pedirle explicaciones pero contemporizando con el ¡hombre!; y el pobre Fojà es rociado sin benevolencia por la sapiencia no contrastada del crecido don Robustiano y obligado a callar. Para callarlo de una vez dice una palabra muy en desuso ":sonsoniche" que según dice el diccionario es sonsonete pero que aquí parece decir:, ni media palabra, se me callen.
    Don Robustiano podría ser, además de tertuliano potente , un conferenciante de esos que Pavese criticaba, que van con el mismo rollo, aquí cojo el ave y allí pego la sólita castaña y recojo el parné fiscalmente difuso.
    De mis años escolásticos recuerdo cómo había que llenar la clase para que un mandado expusiera su castaña, previamente parida por ideólogos,orientadores y redentores varios. Se intentaba reclutar por el patio al personal y al final eran llevados los más educados y buena gente que no osaban decir que no. Las criaturicas salían con las orejas rojas ante el verbo desenvuelto y chocarrero que el mandado viejuno usaba para explicarles los misterios de la vida que se decía antes.

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  4. Así es Woman, don Robustiano no es nada elegante en la discusión.
    Los pobres santos varones reclutados para las charlas, psas un poco como la reunión que se hace a los padres a comienzo de curso para explicarles todo, solo vienen los padres buenos de niños buenos, los que menos los necesitan
    See you later

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  5. Alcohol ... metadona ....

    Buff. Lo siento, yo estoy con bupremorfina. Más de lo mismo para al final, nada.

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  6. Buenas tardes sopaspesadas
    Gracias por comentar, no había escuchado hablar de la bupremorfina. Una novela que me encantó y que da una cantidad enrome de información sobre sustancias, adicciones y desintoxicaciones fue "La broma infinita" de David Foster Wallace.
    En ella cuenta cómo, a pesar de que la gente se cachondea de alcohólicos anónimos, es un sistema que ha ayudado a un montón de gente.
    Y también la épica de un tío que ahora no recuerdo cómo se llamaba que renunció incluso a la anestesia en una operación enorme que le tuvieron que hacer, por miedo a recaer.
    Buen libro La broma infinita, ahora que lo recuerdo
    Un saludo

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  7. Argumentos de autoridad y sonsoniches perentorios. Don Robustiano es un pesado. Se expone a la acción directa metodológico libertaria. Respecto al alcohol, es famosa su naturaleza paradojal, aquella idea de combatir el fuego con gasolina. Saludos.

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  8. Bienveido al blog M. y gracias por su agudo comentario.
    Observo en su interesante blog que es aficionado al fútbol y al rock, aficiones que compartimos también desde aquí. La mención al Universidad Católica de Chile me trae recuerdos de Medel, al que hemos disfrutado por Sevilla y creo que un entrenador que tuvimos hace muchos años, Cantatore también estuvo por allí.
    Don Robustiano es pesado y pedante, una combianción letal.
    Un saludo

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  9. A Medel se le estima mucho. Hasta quienes no somos de la Universidad Católica, si no de la laica y sencillamente U, le estimamos.

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