lunes, 3 de julio de 2017

EL YO ANTAGÓNICO (LIONEL TRILLING) Y LA ARROGANCIA DE LA FÍSICA DEL SIGLO XIX

Los lectores de inclinaciones literarias, que tienen como elemento de su ‘pathos’ la convicción de que son perseguidos por la ciencia[1], darán especial importancia a las partes de la novela que exponen la arrogancia y las contradicciones y los absurdos de la ciencia física de la época. Todo el que ha estudiado literatura sabe que la ciencia física era la base del materialismo vulgar del siglo XIX. A este respecto conviene recordar que Flaubert  no tenía una hostilidad de principios contra la ciencia como tal, sino todo lo contrario. Flaubert toma nota de las ridículas afirmaciones que puede hacer la ciencia, pero gran parte de la confusión que experimentan Bouvard y Pécuchet es el resultado de su propia ineptitud o ignorancia más que de la inadecuación de la propia ciencia. No es culpa de la botánica (aunque pueda ser culpa de un libro de texto concreto y elemental sobre botánica) que ellos crean que todas las flores tienen pericarpio y lo busquen en vano en los ranúnculos y en las fresas salvajes

[1]No se ha comprendido suficientemente  que los hombres de ciencia tienen un ‘pathos análogo’-¿homólogo?- para apoyarlos en sus propios problemas: creen que son perseguidos sistemáticamente por las humanidades


Dejemos a un lado los recíprocos 'pathos' entre ciencias y humanidades, tan contrarios al espíritu de este blog. La novela Bovard y Pécuchet ya ha sido tratada aquí, de su lectura no se desprende ninguna imagen negativa sobre la ciencia, sino más bien,como sugiere el texto contra los patanes protagonistas.
Con respecto a la arrogancia de la Física es famosa la frase de Kelvin: "No hay nada nuevo por descubrir en la física actualmente. Lo único que queda es tener mediciones más precisas" pronunciada en 1900, es decir, justo antes de que la Física clásica estallara en pedazos

4 comentarios:

  1. Ahí está la frase de Gonzalo Torné :"me ha sido mucho más útil en la vida el griego antiguo que las ecuaciones de segundo grado y toda la física que estudié", y aunque me gusta saber que las cosas añejas a las que una se ha dedicado no son tan inútiles como me vengo temiendo, me parece que se ha pasado de rosca pues una servidora ante un polímero o un algoritmo comme il faut se me saltan las lágrimas, sobre todo por no entenderlos.

    La inefable pareja Bovard y Pecuchet van por la vida ilusionados como Don Quijote y Sancho buscando el pericarpio de las fresas y de los ranúnculos, ajenos a las voces que lo negaban. La ciencia es así,o asín : o descubres América o resulta que las fresas no tienen pericarpio

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  2. Hola, JSP. Me alegro de saludarte otra vez. No conocía esa frase de Kelvin. En mala hora la pronunció. Curiosamente parece que la haya escogido con una inoportunidad exquisita.
    Aunque tiene poco que ver con este asunto, me ha venido a la memoria aquella comedia de Muñoz Seca, La Plancha de la Marquesa. Lo de la Marquesa no fue una plancha, sino algo más.
    Me alegro de que vuelvas a tu tierra en vacaciones. ¡Que las disfrutéis al máximo!
    Un abrazo de
    Evanesc

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  3. Estimada woman
    Disculpe la tardanza en contestar. En verano estoy sin internet y solo en casa de mi madre, entre cerveza y tapita, puedo conectarme.
    La frase de GonzaloTorne es muy buena, y lo mejor es que es cierta, utilizó más el griego que las ecuaciones
    Estoy seguro que Bouvard y Pecuchet volverán a salir por aquí, porque son muy buenos y trataron todas las ciencias
    Saludos cordiales

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  4. Hola Evanesc
    Gracias por la bienvenida al sur. Lord Kelvin tiene otras muchas frases interesantes y más oportunas que esta. Tomo nota de La plancha de la marquesa
    Saludos

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