lunes, 5 de enero de 2015

EL TIEMPO RECOBRADO (MARCEL PROUST) Y LAS MEDIDAS RIGUROSAS DE TIEMPO

Por lo demás, que ocupamos un lugar que aumenta continuamente en el Tiempo lo siente todo el mundo, y esta universalidad no podía menos de alegrarme, porque lo que yo debía procurar esclarecer es la verdad, la verdad que todos sospechan. No sólo todo el mundo siente que ocupamos un lugar en el Tiempo, sino que el más simple mide este lugar aproximadamente como mediría el que ocupamos en el espacio, puesto que personas sin especial perspicacia, al ver a dos hombres que no conocen, los dos con bigote negro o afeitados, dicen que son dos hombres de unos veinte años el uno, de unos cuarenta el otro. Desde luego, solemos equivocarnos en esta evaluación, pero el hecho de haber creído que podíamos hacerla significa que considerábamos la edad como cosa medible. Al segundo hombre de bigote negro se le han sumado efectivamente veinte años más



Se habla mucho en los manuales de ciencia de los tipos de errores en las medidas: sistemáticos...Además del error inherente al proceso de medida por el hecho de interferir en el sistema. Por no hablar del propio principio de incertidumbre.
Todos estos errores quedan eliminados o al menos minimizados si se aplican factores correctores rigurosos como el que plantea Proust en el texto para el tiempo: por cada bigote hay que sumar veinte años

10 comentarios:

  1. A pesar de la afirmación de Proust, pocas cosas pueden medirse con tanta precisión como el tiempo, y pocas son tan importantes de ser medidas exactamente. Desde la cocina hasta la música, pasando por la química, la física, la medicina, el tiempo es tremendamente importante en todas ellas. Le oí decir a Leonard Bernstein que es muchísimo peor dar una nota fuera de tiempo que fuera de tono, afirmación que seguramente compartirían todos los aficionados a la música.
    Sin embargo, de pocas cosas se ha especulado tanto y con tan poco tino como acerca del tiempo. Muchas veces me he preguntado si no será debido a que el tiempo es lo que más restringe nuestra libertad. El hombre puede actualmente moverse en el espacio casi ilimitadamente –o eso creemos–, pero está limitado a vivir exclusivamente su tiempo que, además, va pasando inexorablemente en una sola dirección. Una vez realizada una determinada acción, desencadenará unas consecuencias que no podremos evitar, como en el ajedrez, devolviendo la jugada. Por otra parte, la conciencia de finitud y el ansia de eternidad están enfrentadas con este paso inexorable del tiempo. ¿Será esta la causa de nuestra persistente especulación y pretendida ignorancia de lo que el concepto tiempo significa?.
    Todo pasa y todo llega…, como dijo nuestro poeta.

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  2. No escapa Proust en este texto, y a pesar de la penetración con que habitualmente trata el asunto, a la tentación de entender el tiempo como un espacio y desde un espacio, cosa que no podía soportar su pariente Bergson. Aún así, creo que la especulación de Proust sobre el asunto del tiempo es de las más sutiles y esclarecedoras, dentro de lo que el bloggero Jacob B. (que hoy se me ha adelantado en el uso de la palabra) llama la especulación abundante y de poco tino que sobre el tiempo se han producido. Conocí hace años a un profesor que, en lugar de los bigotes, como Proust, proponía los latidos del propio corazón como criterio de la medida del tiempo (esto me ha ocurrido en el latido núm. x de este mediodía, decía), queriendo hacer ver de manera plástica a sus alumnos, la convencionalidad de los criterios de medición.
    Muy buen año a todos y atentos saludos

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  3. Estimado Jacob B
    Todo pasa y todo llega, como escribió nuestro poeta y cantó un catalán de voz trémula, el mismo poeta, a través de Juan de Mairena dijo, en la página 300 de la edición de Cátedra Letras Hispanicas lago que creo ya he escrito por aquí alguna vez, pero que viene a cuento:
    “El reloj es, en efecto, una prueba indirecta de la creencia del hombre en su mortalidad. Porque sólo un tiempo finito puede medirse. Esto parece evidente”
    Y es que parece necesario tomar referencias que encaucen el sin parar del tiempo; imagínese un hombre encerrado en una sala oscura, si no refiere el tiempo a ciertos hitos o mojones, ¿cómo podrá tomar conciencia del mismo?
    Me ha gustado lo que dice Bernstein y me recuerda a los flamencos, y a cantar a compás. He descubierto hace poco una aplicación que es una especie de diapasón flamenco que da el ritmo de los distintos palos, es muy intreresante.
    Un saludo cordial

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  4. Querido Basin
    Efectivamente Proust suele atinar bastante en ese tratado científico sobre los celos y el tiempo que escribió con el título "En busca del tiempo perdido", y de cuyo séptimo tomo se ha extraído el texto que nos ocupa esta quincena.
    El tiempo, como la entropía, es un concepto recurrente en este blog, por ser materia científica, pero también (qué duda cabe) asunto propio de novelas y de la condición humana.
    Feliz año y saludos cordiales

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  5. Leyendo el ensayo Nomeolvides, Estudios sobre Proust, de María Luisa Santos, he encontrado otra manera proustiana de medir el paso del tiempo.
    En el capítulo Del amor a la amistad: Gilberta, María Luisa nos dice que Gilberta fue el primer amor de Proust "era una nueva variedad de la señora de Swann...como una lila blanca junto a una lila violeta "; mucho tiempo perdido después y poco recuperado, nos cuenta la impresión de Proust cuando se le acercó una "gruesa señora", la cual le saludó tan amablemente que pensó que debía conocerla mucho: "Me confunde usted con mamá .Es que empiezo a parecerme mucho a ella . Y reconocí a Gilberta". Sin necesidad de bigote, que como dice el refrán ,las mujeres bigotudas desde largo se saludan. Nadie cuenta, ni Proust ni María Luisa el cabreo que debió coger la tal Gilberta, tratando de echar la culpa a los problemas de vista del miajilla, que sí que estaba hecho una lástima con su bigotillo, su raya en medio y tapadico hasta las cejas.
    Proust andaba siempre dando vueltas a sus cosillas y chismecillos del pasado, con cierto retraso para el presente, como los que fotografiando la salida de la Macarena no llegan a ver nunca la salida de la Macarena

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  6. Dear woman
    Tomo nota de ese estudio de María Luisa Santos sobre Proust, que desconocía.
    Sobre las mujeres bigotudas, ya escribió Cela en San Camilo, y seguramente ya lo haya comentado yo aquí, aquello de:
    "...a las bigotudas es difícil casarlas porque los novios se resisten"
    Un saludo

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  7. Adivinanza de vez en cuando
    (Pues sí, como adivinó Agnes la malísima novela propuesta era Temgo ganas de ti, del amigo Federico Moccia; aquí damos a todos su oportunidad )
    1.-
    El hombre es muy del terruño frío ,recio y levítico lo llama él mismo; él es también recio en el sentido de buen peso.
    2.-
    Shakespeare también escribió algo con el mismo título, pero la que nos ocupa lleva otro arte y se desarrolla en una ciudad con mucho arte aunque húmedo. Tuvo su buen premio.
    3.-
    Sobre la calidad hay muchas opiniones, porque él es como Carmen Lomana, antes muerto que sencillo.Es rompedor pero rompe por el lado que ahora no está bien romper y el pobre está siempre en un ay

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  8. De la adivinanza ni idea.
    Y ahora una curiosidad: como el lector atento quizá haya comprobado, se está procediendo a la traducción de este blog a varios idiomas. En la parte superior derecha pueden apreciar los enlaces a los distintos idiomas.
    Buscando el texto que nos ocupa en francés hemos visto que no dice nada de bigotes en el original y estamos sorprendidos. No creo que sea una invención de Consuelo Bergés, que es la versión que yo he leído, con su insoportable leismo. ¿Alguien sabe algo sobre este asunto?

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  9. ¿La adivinanza puede ser La tempestad, de De Prada?

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  10. Interesantísimas aportaciones sobre el paso del tiempo de los comentaristas. En relación al hombre que se encierre en un sitio oscuro le informo de que también tendría sentido del tiempo puesto que tenemos un reloj biológico, una estructura cerebral que informa a nuestro organismo del paso de las horas y provoca que nos entre sueño y luego nos despertemos y nuestros sistemas funcionen de foma diferente durante la vigilia y el sueño. Así de bien hechos estamos.

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