Miró
hacia abajo y vio pasar una camionetas, después un descapotable, un
camión de mudanzas y un camioncito que decía TINTORERÍA EUCLIDES.
El famoso nombre le recordó el triángulo rectángulo, los
principios del análisis geométrico y la doctrina de la proporción
de los conmenfsurables e inconmensurables. Lo que necesitaba era una
nueva forma de raciocinio, y Euclides podía servir. Si practicaba el
análisis geométrico de sus problemas, ¿no lograría resolverlos, o
por lo menos crear un atmósfera propicia para la solución? Tomó
una regla de cálculo y consideró el sencillo problema de que si dos
lados de un triángulo son iguales, los ángulos opuestos a dichos
lados de un triángulo son iguales y el teorema inverso de que si dos
ángulos de un triángulo son iguales, los lados opuestos a los
mismos serán iguales. Trazó una línea que representaba a Mathilda
y los datos importantes acerca de ella. La base del triángulo
representaría a sus dos hijos, Randy y Priscilla. Naturalmente, él
mismo sería el tercer lado
¿Cómo ha llegado este blog a los siete años y medio de existencia sin conocer este relato de Cheever, que es uno de los ejemplos antológicos de uso de la ciencia en la literatura? El relato encierra en sí mismo muchos de los aciertos y errores típicos que venimos comentando, alguna buenísima idea, alguna imprecisión...
Cuenta Rodrigo Fresán que a William Maxwell , editor del New Yorker, no le gustó nada y que Chever lo vendió por 300o dolares a otra publicación
LLevamos alguna entrada ya relativa a los triángulos pero el triángulo rectángulo que dibuja el personaje no lo entiendo bien. Entiendo que un cateto representa a Mathilda, el otro a los dos hijos y él quiere ser la hipotenusa que ya se sabe que es mayor que los catetos y suponemos que el cateto Mathilda sería mas largo que el otro. Él sabrá. Y quizás Mathilda.
ResponderEliminarEn el desfile de vehículos que se describe, TINTORERIA EUCLIDES le ayuda a resolver su problema. A mi el descapotable que ve pasar y la ambigüa palabra cateto junto con mi amor por las cantarullas me traen a la mente esta del muchacho cuyo único descapotable para impresionar a su Mathilda era éste
"Tengo un tractor amarillo
que es lo que se lleva ahora,
tengo un tractor amarillo,
porque ýe la última moda,
pa-pa-pa-pa
(Tintoreria VERA, limpia de veras)
Si desea limpiar su americana, traje, chaqueta o pantalón, pare a esta furgoneta, o bien llame al teléfono...
ResponderEliminarTintorería Vera es especialista en trajes de chaqueta, de flamenca o de primera comunión
También limpiamos corbatas, cobertores, túnicas de nazareno
Tintoreía Vera, limpia de vera
Hubo un momento en el que por fin se dieron las condiciones para que pudiese trazar el primer cubo, con su profundidad o sus tres dimensiones, como expresaba el maestro. Después no dejé de repetirlos, remarcaba las aristas con un color y, ese mismo color, lo aplicaba suavemente en todas las caras que simulaban su volumen. Sentía algo especial que, de alguna manera, me igualaba con los muchachos de dos o tres años más. Tal como sentía cuando, por primera vez, ellos mismos consideraban y comentaban mi opinión en alguna charla informal
ResponderEliminarEstimado Pedro
ResponderEliminarTambién a mí me ha gustado siempre dibujar cubos. Es casi magia representar en dos dimensiones un objeto tridimensional. El siguiente paso sería hacer una estructura tridimensional, como cuando hacíamos un cubo recortando y pegando en clase Plástica, del teseracto, el cubo de 4 dimensiones. Me resulta muy difícil de concebir, pero Cartarescu lo cuenta muy bien en su novela Solenoie
Saludos cordiales