Todavía
a esa hora, o de nuevo, la temperatura parecía poner a temblar las
cosas. Esas situaciones de calor intenso que llevan a ensayar
descripciones con contornos difusos, refracciones de luz, objetos
ralentizados, etc. Sin embargo me impresionaba lo contrario, la
velocidad; como si la temperatura, ejerciendo alguna forma de
espanto, tuviera un efecto desintegrador y la misma realidad, en sus
múltiples articulaciones, se asustara y quisiera huir inmediatamente
de esta situación. Apenas uno salía al jardín y sin dar aún el
primer paso ni sentir todavía el impacto del calor, ya podía
advertirse el desasosiego, la naturaleza fluida y aplastada a la vez.
Uno sabía que bajo esa quietud latía una combustión en la que
participaban todos los elementos y que se manifestaba a través de
reacciones aisladas y espontáneas
He
aquí algo que la literatura puede hacer con los fenómenos físicos:
ilustrarlos con imágenes, completando así su comprensión. Es algo
que intentan (que intentamos) hacer a diario los profesores de
Física. Todos el mundo ha visto esta ilusión ótpica alguna vez en
el horizonte de la carretera un día de mucho calor. Uno mismo se
derrite al verlo, por mimetismo, que para eso hablamos de espejismo.
Una
vez entendido y sentido el fenómeno, con el texto precedente, casi
menos importa saber que se produce por la diferencia de densidades de
...
Hubo un tiempo, sin que fuera el paleolítico,en el que vivíamos ese desasosiego deshilachado y tembloroso del calor sin saber el daño añadido del agujero de ozono. El espejismo se nos describe en la naturaleza de un jardín,pero yo la translado a pleno campo, un día de siega de la de antes, y echo en falta el sonido que acompañaba al calor que temblaba en hilitos, el chirriar incansable y torturado de las chicharras que se achicharraban.
ResponderEliminarLas cigarras, cigarrones y cigarrales y el mismo Cigala, aún siendo de la misma parroquia tienen otra leyenda y no ayudan a derretirnos como las chicharras. Está claro que en el dibujo el tremolante coche ha aplastado a la chicharra
Dear Woman
ResponderEliminarJardín y campo son primos hermano, el jardín sería el primo rico y pijo de la ciudad. Ahora en los paseos que me permite el confinamiento noto que la vegetación urbana se está asalvajando por la fata de cuidados y me acordé de este texto de Banville, que lo define muy bien:
"Siempre he sentido un afecto especial por los jardines descuidados. Es agradable el espectáculo de la naturaleza tomándose su lenta venganza. Yermos no, desde luego, nunca fui partidario del yermo, excepto en su sitio; pero cierto desaliño general indica un adecuado desprecio por la exigente insistencia de los humanistas en relación al orden."
El intocable, John Banville, pág 16
Y si me sacas a relucir las cigarras salgo por Camarón,obviamente:
Ya no cantes cigarra,
Apaga tu sonsonete,
Que llevo una pena en el alma,
Que como un puñal se me mete
Sabiendo que cuando canto
Suspirando va mi suerte.
Bajo la sombra de un árbol
Y al compás de mi guitarra
Canto alegre este huapango,
Porque la vía se acaba
Y no quiero morir soñando,
Ay, como muere la cigarra.