Una antigua teoría sociológica o darwiniana sostiene que cuando tenemos intención de engendrar hijos nos sentimos biológicamente atraídos por el compañero que pondrá color a los puntos más apagados de nuestro código genético. De modo que, cuando los polos opuestos se atraen, lo que hacen en realidad es combinarse biológicamente para crear la descendencia perfecta
Son explicaciones tan satisfactorias y compactas que da pena que no sean científicamente rigurosas, funcionan como fábulas. El problema es que explican las cosas a posteriori, no tienen capacidad de predicción, en ese sentido recuerdan al psicoanálisis. Pero sería bonito que existiera una justificación evolucionista para cada refrán o dicho: los que se pelean se desean, quien bien te quiere te hará llorar, piensa mal y acertarás… Pienso además que no debe ser difícil explicar, con Darwin como coartada, cada sentencia, cada tópico
Pues algo así recoge Platón cuando habla del mito de la media naranja: en un principio no había él ni ella sino un elle tonelito con una cabeza con dos caras.Los dioses lo partieron en dos y cada mitad busca y a veces halla su medio tonelito. No sé si eso avala la antigua teoría darwiliana de la que se habla pero Platón no la relaciona con la prole.
ResponderEliminarLa prole,más o menos perfecta según lo coloreado que quede su mapa, tiende a seguir los pasos profesionales del papa o la mama, por gusto o por necesidad, aunque a veces necesitan ayuda
"Al hijo del Espartero
lo quieren meter a fraile
y la cuadrilla le dice
torero como su padre"
Aunque ya ni el general Espartero ni el torero ni los frailes son tendencia.
Dear Woman
ResponderEliminar¡Ay la prole! A veces la prole necesita ayuda para colocarse, en el buen sentido de la palabra, que se lo digan sino a los hijos del socialismo andaluz. Si todo fuera eso, pero además de la proles se coloca a la novia de la prole, al vecino y al sobrino del mayordomo
Vengaaaaaaaaa
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ResponderEliminarNo sé cuánto de intuición tienen las vivencias del respetable cuando arma sus dichos, sus refranes y sus sentencias, a lo Sancho. Es cierto que echamos mano de esos saberes frecuentemente a la hora de mostrar nuestra seriedad y conocimiento en las tertulias. Arduo trabajo para los metodistas si, en algún momento, decidieran teorizar y poner el sello cartesiano a cada una de estas ocurrencias que componen el refranero. Si analizamos uno de ellos como aquel que afirma No hay mal que por bien no venga, no hay manera semántica, sintáctica o coordinada de entenderlo adecuadamente, al menos para mí. O aquel dicho de Que me quiten lo bailado, tan ruin como aquel otro que espeta Para el tiempo que me queda en el convento....
ResponderEliminarEstimado Pedro
ResponderEliminarYo creo que ay mucha intuición y también mucha sabiduría destilada a través de generaciones. Me recuerdan a las letras de flamenco antiguas, si nos han llegado es porque tienen mucha verdad. Pienso que todos los refranes son, por este motivo, ciertos a su manera y que todos los dichos y tópicos, incluso los más manidos también lo son, que los andaluces tenemos efectivamente más gracia y salero, que los catalanes son agarrados, etc...
Un saludo cordial