lunes, 19 de agosto de 2013

UN ENCUENTRO PELIGROSO (ERNST JÜNGER) Y EL FUNCIONAMIENTO DEL CORAZÓN

Las entradas y salidas de la casa se regían por un sistema orgánico parecido al que se describe en los libros de anatomía con ilustraciones que muestran la circulación de la sangre por las cámaras, recámaras y válvulas del corazón, la cual sólo puede alterarse en caso de catástrofe. Algo parecido ocurría en ‘La campana de oro’: del restaurante se podía pasar al corredor del hotel, pero no viceversa.
He aquí un buen ejemplo de lo que para mi gusto supone una sana relación entre literatura y ciencia: el escritor, sin mayores pretensiones, utiliza la ciencia para fabricar un símil útil y adecuado. Tenía otros ejemplos en los que se utilizan conceptos de forma errónea, pero no quiero que parezca que el fin del blog es regodearse en los fallos de los escritores. 'La campana de oro' era un hotel de vida alegre que basaba su éxito en la discreción con que la dueña manejaba las entradas y salidas de los clientes

11 comentarios:

  1. Interesante y muy apropiado ejemplo el de la similitud del funcionamiento del hotel-restaurante con las válvulas cardíacas.Otras válvulas corporales han tenido también una repercusión literaria importante, como por ejemplo la válvula pilórica, que tantos problemas causaba a Ignatius Reilly en "La conjura de los necios".

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  2. Buenas tardes Panchi, doble alegría por verla por aquí y por sacar a relucir al gran Ignatius. Leí 'La conjura de los necios' hace mucho tiempo, antes de que tomara anotaciones de los libros y por eso no ha aparecido por aquí, me encanta ese libro y hace mucho lei que se iba a hacer una película sobre él, y que iba a hacer de Ignatius el actor que hizo de Capote.
    saludos al patrullero Mancuso

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  3. Muy oportuno, amigo, el recuerdo de que el propósito del blog no es denostar a los escritores que no usan debidamente el lenguaje o los supuestos de la ciencia,l sino más bien el tender lazos de comprensión y sentido y resaltar las mutuas influencias. Los movimientos del corazón han servido a muchos escritores y poetas y a pensadores y ensayistas para ejemplificar la finalidad presente en los movimientos mecánicos, y la tensión de la dialéctica se ha ejemplificado también con este movimiento.
    A la blogera Panchi, saludos cordiales, es decir, del corazón. Y una curiosidad que tengo a ver si Vd. me la puede contestar, a saber, ¿quién el patrullero Mancuso? ¿Es un héroe de ficción, un protagonista de alguna novela da la última vanguardia? Contesteme, porfa.
    Atentos saludos

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  4. Respecto a lo que dice Joung de que la circulación de la sangre solo puede alterarse en caso de catástrofe, me place retornar a la cantarulla racial que mis coetáneos recordarán


    ,..."los pulsos tengo paraos y hasta el corazón transío
    cuando tus ojos casi cerraos dijeron enamoraos
    como a nadie te he querío...."

    O esta otra donde se amenaza a sí misma

    " que se me paren los pulsos si te dejo de querer,
    que las campanas me doblen
    si te falto alguna vez"
    (Aquí remacho que "faltar" no debe entenderse como to be missing sino como to be unfaithful. )

    Respecto a La conjura de los necios recuerdo que la puse como adivinanza en su momento, rindiendo homenaje a su esforzada madre que no le faltó en nada y que no paró hasta conseguir la edición de libro tras la muerte de su hijo.

    Las misteriosas casas de los chinos en las películas recuerdan la entrada de La campana de oro. En La dama de Shanghái en la escena final, entran por una puertecilla de nada y dentro había de todo.

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  5. Adivinanza de vez en cuando
    (Pues sí, era Sabor a hiel, la novela de Ana Rosa Quintana, escrita con ayuda de su excuñado y que tanta polémica relativa al plagio levantó)

    1.-
    El autor no es español, pero su Tumba (gran pista) sí está en España
    2.-
    La obra se titula así como firman los reyes, sin apellidos ni nada.
    3.-
    Ha sido llevada a la tele y el protagonista a lo tonto a lo tonto anda para adelante pero con dificultad.

    Debo corregir mi intervención y poner Jünger donde puse Joung, qué pensaría de ello Freud¡

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  6. Bravo Mr. Partre por su rapidez en desentrañar la adivinanza: Inolvidable serie aquella.
    Reconozco que no me gusta la sangre, ni siquiera “encebollada”, pero estoy de acuerdo con usted en la adecuación y utilidad del símil de E. Jünger. También me ha venido a la imaginación, como a Basin, la relación de este movimiento con las tensiones de la dialéctica y con la inmovilidad de algunas posiciones a las que se llega por estos caminos. Ha resultado muy útil para mí, en algunas ocasiones, recordar la frase de Poper: “Es imposible que alguien abandone mediante razonamientos una convicción a la que no ha llegado mediante el razonamiento”.
    …Y se nos acaba el verano.
    Afectuosos saludos.

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  7. Ya que Panchi no contesta informo de que el patrullero Mancuso era efectivamente un personaje de La conjura de los necios al que sus superiores degradaban en misiones absurdas en las que tenía que disfrazarse ridículamente
    Saludos

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  8. Qué bueno lo del patrullero Mancuso, no recordaba ese personaje. Hace tantos años que lei este libro que solo recuerdo aspectos como el de la válvula y una de las cartas que Ignatius envió a su jefe, que comenzaba así: "Estimado mongoloide". Un detalle más de la absoluta carencia de habilidades sociales de este personaje.

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  9. El texto y tus comentarios ilustran el título de este blog y me han hecho recordar algo que me ocurrió dando clase de Física en un nocturno, allá por los felices años anteriores a la logse. Siempre recomendaba a mis alumnos de B.U.P. que cuando resolvieran problemas en los exámenes detallaran de forma escueta cómo llegaban al resultado final. Les decía que para mí éste no tenía tanta importancia como poder conocer y valorar todo el camino recorrido hasta conseguir, o no, la solución correcta. En la vida laboral, por supuesto, la importancia del resultado sería prioritaria, pero no era así en aquel período de su formación. En mi opinión la solución final carecía de importancia si el razonamiento había sido correcto. Por consiguiente tendrían que aprender a expresarse no sólo con cifras sino también con algunas frases. Era deseable que supieran aplicar sus conocimientos de la Física, ayudándose de las imprescindibles herramientas matemáticas y de un correcto uso de nuestra lengua, al menos sin faltas de ortografía y con la puntuación mínima puntuación indispensable.
    Un día recogí un examen que me llenó de asombro, feliz asombro por cierto. Un alumno me entregó un abultado examen en el que pude comprobar que había seguido mis recomendaciones al pie de la letra y de forma altamente satisfactoria. La verdad es que fue el único que se tomó aquello en serio. Yo había predicado en el desierto. Pero bastaba con este examen que ahora lamento no haber conservado. Todavía me parece recordar el tipo de papel y cómo estaba doblado cuando lo entregó. No recuerdo el nº de folios, sí que serían alrededor de diez. Había tenido en cuenta mis indicaciones, pero había hecho caso omiso de la conservación de nuestro planeta. El muchacho era generoso, su letra era grande y desde luego no era como aquellos alumnos cuyos exámenes hay que descifrar a causa de la caligrafía liliputiense y de los muchos tachones y vericuetos que hay que desenredar para poder corregirlos. En fin, para muestra bastó un botón. Al p
    oco este alumno dejó de asistir a clase porque parece que se puso a trabajar. Al cabo de bastante tiempo y por una rara casualidad, me enteré que trabajaba en una tienda de informática.
    Ahora doy gracias a Dios de que no cundiera su ejemplo, porque habría necesitado una carretilla para llevarme a casa los exámenes para corregir. Y no quiero ni pensar en esto último, corregir.....
    Saludos
    Evanesc

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  10. Hola Evanesc, yo a mis alumnos les recomendaba que en la PAEG casi mejor que no explicaran nada, porque si les iban a quitar puntos por faltas de ortografía iban apañados
    Saludos

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