Uno que afluye- individual y nítido-
fue el de la noche en que presencié el Severn Bore. El periódico
local publicaba un calendario que indicaba cuándo y dónde
cotemplarlo mejor. Pero la primera vez que lo intenté no pareció
que el agua obedeciese a sus instrucciones. Después, una noche en
Minsterworth, unos cuantos de nosotros aguardamos en la orilla del
río hasta pasada la medianoche y al final fuimos recompensados.
Durante una o dos horas observamos el río que fluía suavemente
hacia el mar, como hacen todos los buenos ríos. Las ocasionales
exploraciones de unas linternas potentes reforzaban la luz
intermitente de la luna. Entonces se oyó un susurro, los cuellos se
estiraron y todas las sensaciones de humedad y frío se desvanecieron
cuando el río simplemente cambió de opinión y una ola entre
sesenta y noventa centímetros de altura vino hacia nosotros y el
agua rompió en toda la anchura del río, de una orilla a la otra.
Este oleaje impetuoso llegó a nuestra altura, pasó de largo y se
perdió culebreando en la distancia; algunos de mis compañeros lo
persiguieron, gritando, maldiciendo y cayendo al suelo a medida que
les rebasaba; yo me quedé solo en la orilla. Creo que no puedo
expresar como es debido el efecto que me causó aquel momento. No era
como un tornado o un terremoto (aunque no había presenciado
ninguno): la naturaleza que se vuelve violenta y destructiva y nos
pone en nuestro sitio. Era más perturbador porque daba la impresión
y la sensación de un error silencioso, como si hubieran bajado una
palanquita del universo y allí, durante aquellos minutos, hubieran
invertido el curso de la naturaleza y a la vez del tiempo. Y
presenciar aquel fenómeno de noche lo volvía aún más misterioso,
más sobrenatural
Curioso fenómeno éste y muy apreciado por los surfistas, pues da lugar a una ola enorme y regular. Nunca lo he presenciado, y eso que he estado en Bristol. Como mucho vi hacer algo raro al Guadalquivir una vez en Coria, y también una vez comiendo en El Rana Verde a la vera del Tajo me pareció apreciar algo que me hizo desorientarme. Los surfistas deben estar atentos a los horarios, porque como pierdan la ola, la próxima no pasa hasta doce horas después, así que entre ellos se producen conversaciones de camaradería como cuando uno llega a la playa y pregunta si está llenando o vaciando.
En España no hay ningún río en que se produzca este fenómeno, es una pena, porque yo pagaría dinero por hacer surf bajo el puente de Triana.
Sergiomumo |
Curioso fenómeno éste y muy apreciado por los surfistas, pues da lugar a una ola enorme y regular. Nunca lo he presenciado, y eso que he estado en Bristol. Como mucho vi hacer algo raro al Guadalquivir una vez en Coria, y también una vez comiendo en El Rana Verde a la vera del Tajo me pareció apreciar algo que me hizo desorientarme. Los surfistas deben estar atentos a los horarios, porque como pierdan la ola, la próxima no pasa hasta doce horas después, así que entre ellos se producen conversaciones de camaradería como cuando uno llega a la playa y pregunta si está llenando o vaciando.
En España no hay ningún río en que se produzca este fenómeno, es una pena, porque yo pagaría dinero por hacer surf bajo el puente de Triana.
Ayer vi en Discovery Max, evacuar la tierra ( la era de la lluvia ), una de las seis probables causas de Apocalipsis, supongo lo pondrán en internet ( los analistas que intervienen son profesores de Universidad).
ResponderEliminarLa ola gigante de surf es un acontecimiento, reúne miles de personas para ver a los surfistas en acción, más ahora con internet.
Me ha parecido muy interesante Julian Barnes, no lo conocía.
Hola Silvio
ResponderEliminarTomo nota del documental, aunque el macareo es un fenómeno regular, no catastrófico, como indica el hecho de que se publiquen sus horarios.
Para mí también ha sido un descubrimiento reciente Julian Barnes, muy recomendable
Saludos cordiales
Es verdad que el funcionamiento de la naturaleza es perturbador por más que los científicos de todas categorías encuentren leyes y ciclos explicatorios.Plinio, que por acercarse tanto a la erupción del volcán perdió la vida decía:"Es malo indagar sobre el futuro y violentar la naturaleza recurriendo a las artes mágicas" Aquí parece que el buen río lleva con su buena fe sus agüicas al mar pero por alguna ley física o arte mágica o vaya usted a saber se produce un cabreo neptuniano que aprovechan los surfistas ,y lo que en un principio es un natural prodigio pasa a ser un reclamo turístico con horario reglamentado para los desafiantes surfistas.
ResponderEliminarEl Guadalquivir no admite surferos sino plácidos remeros con sus alargadas piraguas y ese extraño remar de espaldas que en mi pobre conceto es tan difícil como aparcar en el examen de conducir.
Así es, querida Woman, la Naturaleza se resiste a ser escrutada, sobre todo cuando la observación incluye violentarla para ver cómo reacciona, con curiosidad de niño malvado y aburrido, como bien dice ese sabio con nombre de perro.
ResponderEliminarAl Guadalquivir no le ponga usted peros que no existe río con más arte, en la canción Calle Betis de Pata Negra, Sevilla le pide al río que le traiga una ola del mar (macareo?) desde Sanlúcar para volantes del vestío. Aquí pongo la letra y recomiendo su escucha:
Y el río le dice a Sevilla
Y el río le dice a Sevilla
Y ay si te cojo en Salúcar
Borracha de manzanilla
Borracha de manzanilla
Borracha de manzanilla
Y en Sanlúcar no puedo
pero en Triana
me emborracho contigo
toa las mañanas
toa las mañanas
toa las mañanas
Estribillo:
Adios mi río
Adios mi río
Desde Sanlúcar va y vuelve
Cariño mío
Sevilla le dice al río
Sevilla le dice al río
Traeme del mar una ola
pa volantes del vestío
pa volantes del vestío
pa volantes del vestío
Si tú quieres una ola
yo te la traigo
Pero si tú me prometes
Estarme esperando
Estarme esperando
Estarme esperando
Es verdad que el Guadalquivir "Desde Sanlúcar va y vuelve". Si uno se sienta a contemplarlo en la orilla, a su paso por Coria del Río, se le ve correr unas veces hacia el mar y otras hacia Sevilla, segúna baje o suba la marea.
ResponderEliminarRecuerdo una vez que llevé a un amigo catalán a pasear por las orillas del Guadalquivir entre Coria y la Puebla, y al comentarle que la marea estaba muy alta ese día creyó que le estaba tomando el pelo.
Un afectuoso saludo y ¡mucho cuidado con las torrijas!. Sabido es que, según Paracelso: La dosis hace el veneno
Estimado Jacob
ResponderEliminarNunca he saturado la torrijasa, porque siempre las he comido con prudencia. Hoy he comido la primera de la temporada, de mi suegra, como debe ser. Si la suegra no sabe hacer torrijas es motivo para cortar con una novia, igual que si tu mujer no le ha cogido el punto al gazpacho, puedes alegarlo para pedir la nulidad matrimonial.
Buena Semana Santa
Si el tema del blog anterior fue interesante este, en mi opinión, lo es aún más.¡Cómo me habría gustado estar en aquel grupo aquella noche a la orilla del caprichoso río! Por cierto, ¿alquien sabe por qué razón no podemos disfrutar de este fenomeno asombroso en nuestros ríos? En fin, tendremos que conformarnos con lo que tenemos , que no es poco.
ResponderEliminarEsta curiosa rebelión de la Naturaleza me ha recordado algo que leí hace un montón de años en una revista. Decía que en una playa francesa el mar había subido a la velocidad del galope de un caballo. No recuerdo más detalles, sí una fotografía. Lo leí en un pequeño hotel en las afueras de Aracena, no he olvidado aquel sitio. Me resultó espeluznante sólo el pensar en aquel hecho y en la posibilidad de llegar a presenciarlo alguna vez.
La naturaleza nos pone en nuestro sitio, es verdad. Y falta nos hace alguna vez que otra. Curioso que el hombre se asuste ante la materia que se niega a seguir las leyes que rigen su ordinario comportamiento. ¡Qué poco conocemos todavía! Estamos en Semana Santa y no es cuestión, o mejor momento, de ponernos serios. Así que deseo a todos que la disfrutéis, cada uno a su modo y manera.
Evanesc
Estimada Evanesc
ResponderEliminarIgnoro los motivos por los que en España no se da ese fenómeno.
A mi me suena eso de la marea a la velocidad del caballo, creo que se produce en el castillo de sans Michel, en Normandía.
Buena Semana Santa
Hablando de la Naturaleza, el Guadalquivir y de Naturaleza, resulta que estoy a la espera me llegue una perrita de aguas andaluza, procede del criadero Cerros del Quinto de la ciudad de Dos Hermanas.
ResponderEliminarEstoy ilusionado con esta adquisición, es increíble lo versátiles que son estos perros, me enteré hace poco de su existencia, el caso es que hay cola para comprar ejemplares de este perro.
Cuando me pregunten donde lo compré ( en el Norte de España el perro de aguas es parecido pero diferente ) diré que es nazarena ( espero esté bien dicho ).
No sabia que el gentilicio de dos Hermanas era nazareno,
Pues que disfrute esa perrita, yo creo que podría llamarla nazarena.
ResponderEliminarOtro gentilicio sureña que me encanta es el de San Fernando: cañailla.
Saludos cordiales