En 1906 el anatomista Robert
Bennet Bean afirmó que el cuerpo calloso (las fibras nerviosas que
une e interconectan las dos mitades del cerebro) era mayor en los
hombres que en las mujeres y planteó la hipótesis de que ‘el
tamaño excepcional del cuerpo calloso podría ser la evidencia de
una actividad intelectual también excepcional’. Grandes
pensamientos = Gran CC
El cuerpo calloso es un asunto polémico, no solo desde un punto de vista feminista. También en esa época se intentaron buscar diferencias en el cuerpo calloso de distintas razas. En la actualidad parece que no se le concede mucha credibilidad a estas cuestiones. A mí no solo me cuesta pensar que existan tales diferencias, sino que cualquier otra cuestión o función le sea adjudicada a la repugnante coliflor de la foto, la cual, por lo visto, es capaz de cualquier cosa salvo de conocerse a sí misma. Esto último sería, segun David Hubel, "como levantarse del suelo tirando de los cordones de tus propios zapatos"
El cuerpo calloso es un asunto polémico, no solo desde un punto de vista feminista. También en esa época se intentaron buscar diferencias en el cuerpo calloso de distintas razas. En la actualidad parece que no se le concede mucha credibilidad a estas cuestiones. A mí no solo me cuesta pensar que existan tales diferencias, sino que cualquier otra cuestión o función le sea adjudicada a la repugnante coliflor de la foto, la cual, por lo visto, es capaz de cualquier cosa salvo de conocerse a sí misma. Esto último sería, segun David Hubel, "como levantarse del suelo tirando de los cordones de tus propios zapatos"
El cerebro- el centro de operaciones de nuestro organismo, la "coliflor repugnante" como certeramente lo llamas- afortunadamente no posee el olor característico y no precisamente perfumado que desprende aquélla al ser sometida, de grado o por fuerza, a cocción. Al menos nosotros no olemos nuestro cerebro, como tampoco el proprio olor corporal. Claro que, con respecto a este último, hay dolorosas excepciones en las que nuestra dignidad queda maltrecha y por los suelos.
ResponderEliminarHablando más seriamente creo que el cerebro es la parte del organismo que, a pesar de la posible repulsión que nos pueda provocar,me parece más interesante. En estos momentos me arrepiento en cierto modo de no haber estudiado Biología que en principio me atraía más que la Química. "A lo hecho, pecho", que dirían nuestros antepasados y desconoce hoy nuestra juventud.
Saludos cordiales de
Evanesc
Estimada Evanescent
ResponderEliminarEfectivamente, ya se sabe que de la coliflor se dice que huele a pedo dos veces. Sobre la capacidad aislante de los olores del cuerpo humano creo que ya se habló aquí en la entrada dedicada a la novela Canijo, de Fernando Mansilla. No ya la coliflor que llevamos en la cabeza, sino otras sustancias peores que huelen fatal nada más salir o se expelidas del cuerpo y que antes no huelen nada, salvo esas dolorosas excepciones a las que usted alude.
Cordiales saludo
Aunque esté feo decirlo (aunque me esté feo ) yo (o una servidora)me fijo mucho en mis congéneres, tanto como individuos como en sus gregarios modos, de ahí que en torno al cuerpo calloso considero:
ResponderEliminarLos sesos fritos fue un manjar muy codiciado en mi infancia y se mojaba con pan el aceitico muy a gusto pues en tiempos de los nativos del candil no se había descubierto ni el boson ni el colesterol. No sé si se seguirá comiendo la coliflor de las vacas, de los corderos...pero ahora nos produce un nescioquid. Tanto mudan a los hombres, fortuna, saber y tiempo.
Mis coetáneas teníamos desde jóvenes el cuerpo calloso, hechas las manos al trabajo manual,y se llamaban "manos de señorita" a aquellas otras coetáneas que no poseìan tales ni otras durezas. Me gustaría saber si el cuerpo calloso del cerebro ha ido a más o a menos, lo que si he notado en mi pobre conceto respecto a la evolución, es que los pies tanto de hombres como de mujeres han crecido, bien por que son más altos y necesitan más base, bien para dar espacio a los callos producidos por el deporte . O tempora, o mores!
Hablando de procesos digestivos, vuelvo a recordar el púdico cuerpo calloso de Kant :"De nobis ipsis silemus"
Dear woman
ResponderEliminarYo no sé cómo a veces empezamos con asuntos de neurología bastante serios y acabamos hablando de pedos y de callos en los pies, ¿será esto lo que llaman un brainstorming?
Y eso que usted lo intenta compensar hoy citando en latín a Kant. No he visto nunca una cita más antihumana que esta, ¿cómo vamos a callar sobre nosotros mismos? ¿cerramos internet?
No sé si será el cuerpo calloso u otra parte del cerebro la que hace que en general las mujeres disfruten más narrando historias (un escritor sevillano definió muy bien esta propensión narrativa de las mujeres, en un libro titulado "Aguadulce cercano") que los hombres. El hombre se retrotrae más, mientras mira su cerveza, pero el hombre que sale hablador puede llegar a ser mil veces más palizas que la mujer más charlatana. Sobre mujeres innatamente dotadas para la narración escribió Saki en "La búsqueda":
"A Clovis ya lo aburría la historia, pero la señora Momeby estaba dotada de esa despiadada facultad que permite gozar contando algo por novena vez tanto como si fuera la primera"
See you later alligator
Ese llamado cuerpo calloso tal vez sea -ojalá- como el dedo meñique de nuestro pie, tendente a desaparecer si, con ello desapareciese igualmente el tabique que no deja que nuestras compulsiones o pasiones corran sin obstáculos hasta donde moran las fontanas de nuestros razonamientos y allí llegasen a confluir y produjesen concordias, acordes y ritmos de más calidez que los barullos y dislates que tantas veces a lo largo del tiempo hemos subido al escenario histórico unos y otros. Un saludo
ResponderEliminarPues parece que todavía queda, estimado Pedro, hasta que lleguemos a ese punto. El tabique aparece bastante macizo y resistente, así que parece que seguirá sujetando y separando ambos hemisferios, impidiendo ese trasvase y confluencia.
ResponderEliminarSigamos mientras lidiando con los barullos y dislates
Cordiales saludos
Ciertamente el tabique llamado cuerpo calloso es bastante resistente y tiene poca pinta de que pueda desaparecer. Ya se dio cuenta Galeno que fue quien le puso ese nombre a esa estructura por el aspecto duro como el de los mencionados callos. El cerebro es tela de feo desde un punto de vista macroscópico pero cuando uno lo tiñe y lo observa al microscopio entonces no hay mayor belleza que observar sus neuronas de múltiples formas y arborizaciones que Cajal tanto admiró. Es sin duda el tejido animal con las células más bonitas y también las más enigmáticas, pues a día de hoy todavía seguimos teniendo muchas incógnitas sobre su funcionamiento.
ResponderEliminarLo del supuesto mayor tamaño de esta estructura en hombres que en mujeres nunca se ha demostrado, de hecho no hay ninguna estructura relacionada con funciones cognitivas que tenga mayor tamaño en un sexo o en otro. A pesar de eso, existen numerosos chistes y bromas sobre las diferencias del cerebro del hombre y la mujer en las que en general, creo que los hombres salen peor parados que las mujeres.
Saludos al bloguero y a los comentaristas, que hacía ya tiempo que no me dejaba caer por aquí.
Querida Panchi
ResponderEliminarSobre bromas acerca del cerebro de hombres y mujeres pasado mañana voy a ver a Antonio Reguera, ya te contaré qué tal