—… que
porque avanzáis hacia el dominio por medio de una serie de mesetas
—dice Chu—, hay como un progreso radical hasta cierta meseta y
allí uno se atasca y la única manera de salir de allí es escalar
la próxima meseta por medio de una frustrante y atontada práctica
repetitiva, mucha paciencia y aferrarse donde uno está.
El
que habla es un profesor de la famosa Academia Enfield de Tenis y
establece la analogía para el entrenamiento en tenis, cómo uno debe
insistir aunque crea que no evoluciona. Pienso que la imagen es
también válida para los que aprendemos un idioma y para lo que hoy
tratamos: el cambio de paradigma en el avance de la ciencia y el
concepto de ciencia normal.
Como me acontece, se me ocurren ejemplos, uno fino y otro plebeyo, respecto al texto. El plebeyo es la atontada práctica repetitiva del escarabajo pelotero que lleva su bolica para delante perdiéndola a veces por las mesetillas y probablemente las diversas generaciones de escarabajos peloteros hayan aprendido a esquivar alguna meseta
ResponderEliminarEl ejemplo fino es el clásico Sísifo, condenado a subir la piedra una y otra vez a la cima, y una vez coronada, la piedra volvía a caer. Y Sísifo cuentan los que saben que se lamentaba: "Ay payo, si allegara una miaja de crisis o habiera un cambio de paradigma,a ver si lleguemos la piedrecica y yo luego a luego y la ciencia nos da argo"
Dear woman
ResponderEliminarDespués de leer los dos ejemplos, más que uno plebeyo y otro fino, encuentro que más bien es uno científico (la fisiología del escarabajo) y otro humanístico, en la línea del hermanamiento que promueve y empodera este blog
Regards
Saludos. No es fácil llegar a dar con la traducción de esa expresión ciencia normal. En cambio qué sugerentes esas mesetas plataformas. Al leer sobre ellas barrunta uno entre dudas y sueños si no ha consistido la totalidad de la experiencia vital en una larga serie de mesetas a través de las cuales uno atravesaba sus terrenos unas veces transitable, otras abismales y sobre las que, sin saber cómo y sin saber si la travesía fue provechosa o fallida, alcanza uno las orillas de la siguiente planicie, estupefacto, acaso expectante.
ResponderEliminarHola Pedro
ResponderEliminarEs muy aplicable el concepto de la meseta, también a la experiencia vital, como indica. Por no ponernos profundos y hablar de la última meseta...
No hay que despreciar estas mesetas largas y aburridas porque muchas veces es en esta rutina donde saboreamos la vida. Si se sale uno de la meseta por los lados se cae, hay que recorrerla entera. Sobre el posible aburrimiento que implica la meseta me gusta este discurso de David Foster Wallace que dio en la charlas de graduación de una Universidad americana