¡Cuántas cosas en la superficie que despreciamos por no ser profundas! ¡Todo lo que tiene la piel¡ ¿Quién necesita más? No conviene profundizar casi nunca, hay que ir surfeando por la vida. Todo mejora, las amistades, el trabajo, si uno se mantiene amablemente superficial
lunes, 10 de agosto de 2020
LAS HIJAS DE OTROS HOMBRES (RICHARD STERN) Y UNA DEFENSA CIENTÍFICA DE LA SUPERFICIALIDAD
Siempre
se pensaba que el cuerpo era más «sensible» en lo más profundo.
Pero no; es como la tierra, la intensidad está en la superficie.
Puedes aplastar un órgano sin provocar dolor, pero mira la piel. Un
centímetro de piel humana contiene dos detectores sensoriales de
frío, doce de calor, tres millones de células, diez pelos, quince
glándulas sebáceas, casi un metro de vasos sanguíneos, un centenar
de glándulas sudoríparas, tres mil células receptoras al final de
las fibras nerviosas, casi cuatro metros de nervios, veinticinco
detectores de presión para los estímulos táctiles y doscientas
células nerviosas para registrar el dolor. Esta fantástica fábrica
es solo nuestra superficie. No es de extrañar que nuestros
sentimientos queden tan a la vista. Tenemos el corazón en la manga.
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La naturaleza reparte dones y maldiciones ella sabrá con qué criterio.En la extensa piel que nos recubre, tan poblada de avíos glandulares debe haber un algo inexplorado que hace atraer mosquitos deleitosos o bien un don quasi divino que mantiene la piel inexpugnable.
ResponderEliminarEn las reuniones nocturnas al aire libre se pueden observar dos tipos de figuras: las del don, aquellas recostadas con placidez, incluso buscando las Perseidas, extáticas en permanente yoga, y las de la maldición con el rictus de la desazón en la mirada, manotean, se agitan, escrutan su pierna o su antebrazo, se rascan, palmotean para acertar la suerte de la matanza. Ni Andrómeda ni leche.
Como dijo el poeta "Esto es picor, quien lo probó lo sabe"
Dear Woman
ResponderEliminarAcabo de llegar de Ibiza Locomía, donde los mosquitos han picado a toda mi familia menos a mí. No me quejo, claro, pero también me hace pensar si tendré yo algo chungo que repele a los mosquitos, o es que simplemente estoy rodeado de objetivos más apetitosos que se sacrifican por mí
Como amante de las cantarullas, hay una sobre mosquitos ioputas de Los delinquentes con Kiko Veneo titulada El mosquito suicida. Creo que ya la he puesto por aquí, pero hablando de mosquitos no hay que temer ser repelente y la pongo otra vez:
El mosquito suicida
me miraba desde el techo
y con la barriga llena
sonreía satisfecho
No podía ni moverse
le caía por la baba
una gota de mi sangre
mientras que yo me arrascaba
Agarré la zapatilla
y cuando ya le iba a dar
va y me dice el mosquito
¿Qué haces tú, adónde vas?
El odio absurdo te ciega
mi vida está ya cumplida
en vez de buscar venganza
por qué no aprendes
a buscarte la vida
*A picar, a picar*
Resultó que aquel mosquito
era un brujo muy potente
me convertí en otro mosquito
y me fui a picarle a la gente
Dando saltos en la cama
despegué a duras penas
cuando le cogí el vicio
ya me lancé directo a la vena
Y empecé a picar
y vi que me encantaba
quería más, más
y ya nada me saciaba
Picando, picando
me asomé el abismo
y le quise chupar la sangre
al dueño de la luz
Ya me reía sin saber por qué
me estaba volviendo loco
y de pronto desperté
y el mosquito allí seguía
me miraba insolente
¿Dónde estuviste anoche
mi vida
que no te vi?
Yo me fui
a picarle a la gente
*A picar, a picar*