domingo, 27 de febrero de 2011
LAS CORRECCIONES (JONATHAN FRANZEN) Y EL SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA
Desgraciadamente, el metal en su estado libre- un buen poste de acero o un sólido candelabro de bronce-, representaba un elevado nivel de orden, y la Naturaleza era muy desastrada y prefería el desorden. La acumulación de óxido. La promiscuidad de las moléculas en solución. El caos de las cosas calientes. Los estados de desorden tenían muchas más posibilidades de producirse espontáneamente que un cubo de hierro perfecto. De conformidad con la Segunda Ley de la Termodinámica, era menester un esfuerzo muy considerable para resistir la tiranía de lo probable: para forzar los átomos de un metal a que se comporten como es debido
Poco hay que añadir a un texto como este, tan cargado de sinalefas, como diría un amigo de mi hermano. Tan solo quiero hacer notar a los seguidores de este blog, a los que siento de manera muy cercana, casi como si fuéramos una familia, cómo siempre cito a los autores de los libros y no hago lo propio con los autores de la teoría científica en cuestión. Me he dado cuenta de ello hace poco y creo que me he dejado llevar por esa tendencia que hace creer que la autoría de una obra de arte conlleva un mayor grado de posesión para su autor que la de una ley científica. O, dicho de otro modo, que no hay un Teddy Bautista encargado de recaudar dinero para los herederos de Einstein o cualquier otro cuando alguien utiliza sus hallazgos.
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Creo que esto que manifiesta, M. Partre, es consecuencia de la propia naturaleza de la Ciencia, que es una labor colectiva que hace que un descubrimiento científico no pertenezca a nadie en concreto —salvo al viento, diría quizás algún imbécil— ya que suele ser consecuencia del estado al que ha llegado un campo científico determinado y que, después de publicado, ha de ser meticulosamente corroborado por todos los que trabajan activamente en ese campo. Así por ejemplo, el descubrimiento del fenómeno de la difracción de la luz visible se suele atribuir a Sir Isaac Newton, pero él sólo fue el primero en describirlo con precisión y de forma que otros científicos lo pudieran repetir, porque ¿Quién no habría visto antes el Arco Iris?
ResponderEliminarEn cuanto a la segunda ley de la termodinámica, uno de los mejores profesores que he conocido, compañero de Departamento, describía a sus alumnos el inapelable principio de que sólo se producen espontáneamente los sucesos que transcurren con un aumento de la entropía del universo, relacionando esta magnitud física, un tanto misteriosa, con la probabilidad de que se produzcan determinadas jugadas en el póker, para lo que utilizaba una baraja de cartas. Terminaba la clase con un brillante “juego de manos” en el que cinco cartas, sacadas al azar por distintos alumnos en distintos momentos de su explicación, constituían la improbable escalera de color, contradicción flagrante de todo lo expuesto, ante el asombro y el aplauso general de la concurrencia.
La inexorable ley de la máxima probabilidad rige la naturaleza. Dios no juega a los dados, dijo alguien hace ya algunos años. Otro gran científico aunque algo menos célebre, José Elguero, escribió recientemente que “la realidad es igual a todo lo posible menos lo improbable” que constituye, a mi juicio, un brillante corolario de este segundo principio.
Estimado Jacob B, muchas gracias por ilustrarme acerca de cómo crece la ciencia en comparación al arte, se nota que es usted un profesional y no un afisionaillo como yo, que diría Makynavaja. Su explicación me convence totalmente y al mismo tiempo creo que hay una generosidad innata en el científico de la que carece el artista.
ResponderEliminarLa anécdota que cuenta de las cartas es muy beuna y me gusta el profesor recreándose en la suerte y emocionar al público cual mago alquismista.
No conocñia a José Elguero, pero la cita es bonita, el asunto de la entropía, una magnitud inventada maravillosa, se presta a muchas interpretaciones; tuve una profesora que decía que el envejecimiento de las personas era también un proceso causado por el aumento de entropía, pero la explicación no terminó de convencerme
Vamos M. Partre no me sea modesto y no me dé coba. Aquí todos contribuímos con lo poco que nuestro entendimiento y experiencia da de sí y todos intentamos aprender unos de otros.
ResponderEliminarJosé Elguero, ya retirado, es uno de los más brillantes investigadores que hemos tenido en química orgánica, en el campo de la química médica;además ha sido tan generoso como para compartir sus conocimientos con todo aquel que quisiera acudir a ellos, como lo demuestra el que ha colaborado con media España.
Anotado queda José Elguero y su generosidad característica del científico de verdad.
ResponderEliminarEn cuanto a la entropía me gustaría añadir que cuando era joeven mi hermano y yo llevábamos a rajatabla el segundo principio de la termodinámica en nuestro cuarto, pero nuestra madre contínuamente se oponía y se empeñaba en destruir nuestro laboratorio de entropía. Muchas veces las madres se oponen a la Ciencia con gran empeño
Estoy seguro de que lo de a rajatabla era más unipersonal por su partre que otra cosa, porque una persona que se sube a una estauta y que tiene amigos especialistas en sinalefas,no tiende a la entropía, así que no se entiende esa primera persona del plural.
ResponderEliminarLo de la entropía viene muy bien, y los políticos no saben del filón que tienen con ese concepto, al que se le podrían atribuir todos los desórdenes de hoy.
Si las madres son de letras, ni entropías ni gases nobles.
Querida Mp malgre lui:
ResponderEliminarMe alegra mucho volver a verla por aquí. En el cuaderno gris Pla se quejaba de que su madre estaba todo el día ventilando la casa y del frío que esto provocaba. No le puedo reprochar lo mismo a mi madre porque esa medida era urgente, ya que mi hermano era partidario de los gases plebeyos, no de los nobles y ríase usted de la boina de contaminación que dicen que hay por madrid.
M. Patre solo quería comentarle que creo que el nivel cultural de este blog está decallendo un poco en estos últimos comentarios, aunque por supuesto todo queda dicho muy finamente.
ResponderEliminarVarias veces me he leido la entrada de Frazen y el comentario tan enjundioso de Don Jacobo pero me quedan muchas dudas aunque también muchas reflexiones sobre el papel de la entropía que ampliado,como hace le medecin, vale para justificar casi todo.
ResponderEliminarUna vez asistí a una boda en el pueblo de Paradas.La Iglesia estaba bajo el patrocinio de San Eutropio que fue un martir de tiempos del emperador Teodosio que no se llevaba bien con la
emperatriz Eudoxia.Eran tiempos en que los nombres propios recogían principios y concetos, Eutropio el que se vuelve bien, como el heliotropo, Eudoxia, la de buena doctrina u opinión como ortodoxia.Igualmente estas raices griegas crearon los términos científicos pertinentes.La tendencia ahora es que los neologísmos se creen a partir de siglas ,que si el adeene, que si el sida,que si la ela, que si la onu.
Y a ver si doy con algún romancillo que ejemplifique lo que una servidora ha entendido sobre la entropía.
(pero lo de las cartas y la escalera de color improbable pero no imposible me tiene intrigada )
A woman
me he dejado llevar y he cometido una falta d ortografía que no puede tolerarse en este blog:decayendo. Pido disculpas y procurare que no vuelva a ocurrir
ResponderEliminarDear Woman,
ResponderEliminarTendré mucho gusto en contarle la historia completa del profesor que relacionaba entropía-póker. O mejor, propiciar un encuentro para que él se la cuente personalmente ya que, como buen profesor, es un gran contador de historias. Por otra parte, tengo entendido que un farmacéutico en ejercicio y su esposa, que usted bien conoce, fueron alumnos suyos y es probable que la recuerden.
Un afectuoso saludo,
J.
Recuerdo a un Vicepresidente del Gobierno, hoy medalla de oro de Andalucía, que hablaba de las leyes de la Termodinámica con el mismo desparpajo con el que decía que le escribía en lengua latina a Don Enrique Tierno. Y es que hay gente que domina todos los tercios. Ahí tiene usted, sr. Partre un ejemplo de armonía entre los distintos saberes, pues el sabio en cuestión dominaba también otras muchas artes y no menos ciencias, tanto puras como aplicadas, tanto de la naturaleza como del espíritu.
ResponderEliminarA Doña Isabel le digo que yo había entendido su decallendo como un ejemplo humorístico de la decadencia que critica en las últimas intervenciones. Pero se ve que le han podido los escrúpulos académicos, como nos pasa a muchos maestros y profesores, por lo que colijo que ella lo es.
Y a mi también me suena, Dr. Jacob, ese estimable profesor que identificó en una inolvidable ocasión al farmacéutico en ejercicio como un alumno difícilmente olvidable para él.
Atentos saludos
For Isabel
ResponderEliminarLos clásicos que tenían salida para todo,decían
Etiam Homerus aliquando dormitat, cuando una persona notable escribía algún fallo.
Los verbos caerse y callarse llevan a error muchas veces, fuera aparte,como apunta el bloguero , que usted quisiera hacer una sinalefa aplicada al caso.
Respecto a la deriva del tema hay que reconocer que no se puede ser sublime sin interrupción.
A woman
A Isabel le diré que no se preocupe, que eso pasa en las mejores familias, y que creo que tiene razón en la decaída del blog con respecto a los gases nobles. Intentaré que no vuelva a ocurrir, pero no prometo nada porque Mp me provoca.
ResponderEliminarThanks for your comment, woman; estoy de acuerdo con los nombres clásicos, son infinitamente más bonitos que los acrónimos.
ResponderEliminarLa confusión con caer y decaer no existe, sin embargo proque se conjugan igual; un árbitro que comentaba jugadas polémicas en la tele hablaba de un jugador que se había dejado "de caer"
(La próxima vez que cite en latín traduzca, por favor, no de por supuesto que yo me entero porque no tengo ni papa)
See you later alligator
Muy interesante blogueros lo que apunta del político andaluz, la formación media de los políticos anadaluces es enorme y la mayoría de ellos están deseando volver a sus verdaderos trabajos, como por ejemplo, maestro rural en un bello pueblo, pero las obligaciones se lo impiden y se resignan a seguir con sus coches oficiales.
ResponderEliminarEn el ya comentado Conversaciones españolas de Cela, se entrevista a un político español que en un arranque de modestia contesta así a la pregunta de si le gusta leer:
- Soy un apasionado de la lectura; yo soy un vicioso de la lectura, tengo el vicio de la lectura más arraigado que ningún otro político, jamás me duermo sin haber leído dos o tres horas y eso todos los días..., ningún escritor me es ajeno, créame
(¿cuáles son los motivos exactos por los que el alumno de farmacia era inolvidable?)
Qué afortunados somos en España con tener tan finos intelectuales sacrificando su vocación íntima en el duro empleo de la política. Cuentan que a uno de estos sacrificados, que pasaba por ser un sabio profesor, y que alardeaba de compaginar sus labores docentes con la responsabilidad de gobernar el ayuntamiento de una de las grandes ciudades españolas, lo sorprendió un día un periodista con cámara y micrófono cuando llegaba al ayuntamiento alrededor de las once de la mañana. El profesor-alcalde se disculpó por la hora de llegada, ya que venía de impartir su clase diaria en la Universidad. A lo que el sorprendido periodista —que no sería de una de las cadenas afines— contestó: “Pero prof. X, ¡Si hoy es Santo Tomás!”
ResponderEliminarSin embargo, estimado Jacob B., el hijo de ese profesor da unos consejos muy sensatos en la revista"Mía"
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