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El tiempo es mi obsesión; no malgastarlo ni
perderlo. Pero para mí es como…, no lo sé, como un objeto. Algo que casi se
puede tocar. Siempre pienso: Ojalá pudiera acumular el suficiente. Ojalá
pudiera moverlo hacia delante, hacia atrás y de lado. Ojalá Einstein tuviera
razón y el tiempo fuera una especie de río en el que podemos meternos en
cualquier lugar de la orilla.
Abrió y cerró el bolígrafo
mirando ceñudo al vacío.
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Si existiera una máquina del tiempo, me subiría
a ella-dijo-. Me daría igual a dónde me llevara, al pasado o al futuro, siempre
que estuviera fuera de mi tiempo. En algún otro lugar.
Nunca había escuchado que Einstein dijera eso sobre el tiempo, pero si no lo hizo es una buena y bonita imagen. La capacidad del río como fuente y caudal (qué gran disco!) de metáforas es casi inagotable. Mi escrito favorito sobre ríos se lo leí a Monterroso:
“HERACLITANA:
Cuando el río es lento y se cuenta con una buena bicicleta o caballo sí es
posible bañarse dos ( y hasta tres, de acuerdo con las necesidades higiénicas
de cada quién) veces en el mismo río”
Es muy cierto, amigo Partre, la capacidad de los ríos como fuente y caudal de metáforas, según dice usted mismo en el comentario al texto. Tampoco sabía yo que Einstein había contribuido a aumentar esa capacidad con esa imagen del río y la orilla. Yo le voy a añadir la de Gerardo Diego en el Romance del Duero: Quien pudiera como tu / a la vez quieto y en marcha / cantar siempre el mismo verso / pero con distinta agua.
ResponderEliminarPues parece que todas las imágenes coinciden en que el río mantiene su identidad por el cambio constante de las aguas de manera que es siempre y a la vez uno y distinto, y esto es lo que encandila a poetas científicos y filósofos. La facilidad con la que los ancianos (toca madera) pasan del presente al pasado y viceversa ha cautivado a más de un escritor que, como Javier Marías, a quien ahora recuerdo, comentaban por ello que nunca pasa del todo el tiempo (estamos en la orilla y nos metemos en el río) y que nunca dejamos de ser lo que hemos sido (el contemplador o el bañista etc.)
Atentos saludos
Muy apropiados los versos de Gerardo Diego y, junto con Marías, resumen muy bien por qué suele uno quedarse pensativo mirando el río. Y también el mar te hace reflexionar, aunque de otra manera, y no digamos ya el mar abierto. A mi, como en el poema de Manuel Alcántara, me gusta el agua domesticada, dentro de una playa o dentro de una bahía al menos, porque el mar abierto debe abrumar un poco. No sé si hay algún marinero entre los comentaristas del blog que nos lo pueda confirmar. El poema al que me refiero es
ResponderEliminar" Le gustaban pocas cosas
el alcohol y las ventanas
el mar desde una colina
el mar dentro de la playa
el olor de los jazmines
los libros de madrugada
el sol, el pan de los pueblos
quevedo, recordar áfrica
las noches y los amigos
el verano y tus pestañas "
Y Mayte Martín, que canta mejó que tó, lo adaptó:
https://www.youtube.com/watch?v=VOgGJIHIp2s
Para otro día dejaremos los pensamientos que suscita la contemplación del fuego en una hoguera o chimenea, porque creo que Trapiello dijo que el fuego era el mar de los de interior, y también dijo Trapiello (y ya me voy):
El mar es siempre definitivo, pero un gran río es más humano que un hombre
Taluegorrr
De veris testimonis
ResponderEliminarLa atrevida atribución a Eisntein del tiempo domeñado me recuerda a una pía señora que en una ocasión me pidió que le escribiera el nombre de algún filósofo; vacilante yo entre el afán didáctico y la perplejidad le fui dando algunos que fueron rechazados sin motivo aparente hasta llegar a Kierkegaard que le gustó :"Es que le he escrito unos pensamientos muy bonitos a mi sobrina y quería que fueran de un filósofo "
De cogitationibus iterum et iterum
ResponderEliminarAtribuible a Einstein ,quizás pero que parece recién parida por el que la dice, tal es la satisfacción del dicente, es este pensamiento: " NO pasa el tiempo, pasamos nosotros " Ni Heráclito, ni río ni Jorge Manrique, ni Ay Macarena.
De fluminibus
Además del pajarico llamdo andarríos, tiempo ha, cuando los gitanos eran nómadas y buscaban juncos y cañas para hacer cestas, se les llamaba y ellos mismos se llamaban andarríos.
Pero lo que más me gusta de esta entrada es la foto de Einstein con los cuatro pelos relativos al borotados
Interesante entrada M. Partre, y bonita imagen la atribuida a Einstein, que ha pasado a ser el paradigma de científico de éxito comprometido con su tiempo aunque, a mi juicio, lo merecía más Linus Pauling. Probablemente esos pelos relativos de los que habla A woman y ese bigote hayan influido los suyo, frente a la imagen mucho más convencional de Pauling.
ResponderEliminarA mí también me gustaría, como al protagonista del relato poderme bañar en este río dentro de, pongamos por caso, unos quinientos años, por satisfacer la curiosidad de cómo anda de revuelto, qué raza lo habita, qué idioma se habla, etc. En cambio, hacia atrás, ¡ni diez minutos!.
Muy bonitos los versos de Gerardo Diego citados por Basin. Yo siempre he pensado que, en cierto modo, los docentes logramos ese deseo que expresan. Los alumnos fluyen por nuestras aulas y laboratorios año tras año, siempre iguales en su conjunto aunque distintos individualmente, pero el verso que cantamos sigue siendo esencialmente el mismo.
Dear woman
ResponderEliminarEfectivamente, a Einstein se le atribuyen tantas frases apócrifas como a Churchill por lo menos. Visto ahora parece que Einstein fuera Paulo Cohelo, en lugar de un físico, que seguramente no tenía tiempo para parir tanta frase motivadora.
Estaban los gitanos andarríos y los canasteros. En su famoso "Canastera" Camarón se hace la siguiente pregunta:
"Flamenquita,
tú que haces
tus canastitos
en los puentes,
siendo tan guapa y graciosa,
¿por qué vives malamente?"
See you later alligator
Estimado Jacob B.
ResponderEliminarHablando de científicos comprometidos, hace pocos años descubrí la existencia de una obra de teatro posteriormente adaptada al cine llamdaa "Conpenhagen" que narra el encuentro entre Bohr y Heisenberg y su desencuentro sobre la segunda guerra mundial.
Me ha gustado mucho la interpretación de los versos de Gerardo Diego desde la perspectiva docente; si alguna vez me invitan a dar una charla de fin de promoción a los estudiantes de alguna universidad, pienso utilizar esa adaptación, con su permiso.
Saludos cordiales
Adivinanza de vez en cuando
ResponderEliminar(Agnes acertó, era La negra noche de Iris Murdoch; y el señor flaquito al que yo aludía como introductor y prologuista de sus obras, es Alvaro Pombo; es verdad que por su cara y expresión desvalida me da el pálpito que es flaquito pero el hecho que nadie lo reconozca me hace dudar y a lo mejor tiene más carnes de las supuestas por mí )
1.-
Seguimos con las women de aquellos siglos que eran maravillosas, insisto, sin necesidad de paridad . En este caso tenía un nombre de origen griego y un apellido afrancesado pero ella era woman. oiga.
2.-
Hay sueños, sentimientos, fuego,agua, perros ,mujeres malas y mujeres buenas y algo simples, hombres que no explican las cosas como es debido .
3.-
´La película oscureció al libro pero este es fascinante. El nombre de la novela dio lugar a un neologismo muy apropiado para el fresquito otoñal.
Hay también una famosa prenda de vestir. La pelicula es muy buena, en efeto, muy bonita, muy bien hecha, en blanco y negro, de una gran director.
ResponderEliminarDe nada
Hombre! Ahora sí: Rebeca, de Daphne du Maurier
ResponderEliminarLast night I dreamt I went to Manderley again