lunes, 29 de agosto de 2016

LOS MECANISMOS DE LA FICCIÓN (JAMES WOOD) Y LA PERFECCIÓN MATEMÁTICA DE LAS BUENAS FRASES

Hasta la prosa más compleja es simple de alguna manera a causa de esa precisión matemática por la cual una frase perfecta no puede admitir un número infinito de variaciones, no se puede ampliar sin daños estéticos: su perfección es la solución a su propio rompecabezas, no se podría hacer mejor.



Vemos que la ciencia ayuda no solo a la literatura sino también a la teoría literaria. Yo creo que la frase es buena, si fuera perfecta estaríamos ante algo parecido al 'Soneto de repente' de Lope de Vega, es decir, una metacrítica o  algo así, valga el minipleonasmo

11 comentarios:

  1. De la prosa sin precisión, en los Diarios de Iñaki Uriarte:
    -Recuerdo haber preguntado en más de una ocasión a algún articulista prolijo: “¿Pero tú qué querías decir?”. Su respuesta era siempre concreta, breve y nítida. “Lo que quería decir era esto”. “Pues eso no lo has dicho”, concluía yo a menudo.-
    Saludos.

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  2. Buenos días Agnes
    Es que es muy difícil acertar, y el asunto de la intención del autor es peliagudo. En esos mismos diarios, como ejemplo de cómo los receptores pueden apreciar textos de maneras distintas, se dice que según Benet Darwin escribía muy bien y que sin embrago Unamuno opinaba que escribía pésimamente.
    Saludos cordiales

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  3. Si la prosa quiere decir escritura, estoy de acuerdo:una frase escrita siempre que respete la gramática es perfecta e inamovible aunque se descomponga en las lecturas posibles pero ya es problema del lector y sus miserias, no del escritor.
    Los que hablamos en prosa nunca estamos seguros de la perfección de nuestros decires, dudamos si el tono, la mirada,o el movimiento corporal hacen variarla. Si además por razones de edad o de atontamiento temporal o fijo dudamos, añadimos y quitamos sobre la marcha, usamos aproximaciones por no encontrar la palabra, carraspeamos, nos arrepentimos , nos crecemos etc, pues así no se puede ser sublime sin interrupción

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  4. Dear woman
    Es difícl acertar siempre hablando, por eso es importante la velocidad con que uno habla para ir ajustando la gramática. ¿Cuál es el ritmo adecuado? Muy deprisa da sensación de precipitación y muy despacio de ser un plasta. Entre Zapatero y el micro-machine, ¿cuál es el punto medio?
    Cordiales saludos

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  5. Me gustaría hacer una disección de la "frase perfecta". ¿ A qué patrones tendría que ajustarse?
    ¿Sería igualmente perfecta si es una frase escrita o una frase hablada (como tan bien la describe A Woman)? ¿Podrían compararse las frases en prosa con las poéticas? ¿Son éstas mejores que aquéllas o viceversa? ¿Qué es preferible: la claridad, o la elegancia, la música de las palabras, en definitiva, la belleza? Está claro que lo ideal sería una frase clara, precisa y bella. ¡Un mirlo blanco!
    Y aparte de lo dicho tenemos nuestro tan traído y llevado refrán: Sobre gustos no hay nada escrito.
    Saludos de Evanesc

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  6. Muy difíciles todas esas cuestiones que plantea Evanesc. Pero además que otra, si uno finalmente consiguiera ser claro y brillante, ¿cómo hacer para que no se nos note que nos gustamos y nos recreamos? En El guardián entre el centeno (novela que inspiró la primera entrada de este blog allá por febrero del 2011) se dice algo que podría aplicarse a este caso:
    “Cuando uno sabe hacer una cosa muy bien, si no se anda con cuidado empieza a pasarse, y entonces ya no es bueno”
    Saludos cordiales

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  7. Frase más clara y verdadera, imposible

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  8. Aquello de pensar lo que dices o mejor decir lo que piensas. Uno desconoce por dónde van las matemáticas en el siglo XXI. Sin embargo, no se alcanza fácilmente a ver cómo éstas pueden adentrarse en la vasta abstracción que supone hablar o escribir. Una convención es la una y también lo es la otra. Alguien dispuso en cada lengua un arbitrario orden para constituir los alfabetos. También alguien creyó bueno acabar con los signos numéricos al llegar al nueve (?). Las combinaciones que en nuestro idioma podemos alcanzar con veintiocho caracteres no podemos imaginarlas. El que habla, efectivamente, se ayuda de sus manos y de los centenares de muecas que le permite su rostro. Y aún ese esfuerzo ha de pasar el antivirus singular que es cada oyente. El que escribe, si dispone de tiempo, dispone asimismo de un montón de combinaciones que, finalmente, le permitan decir exactamente lo que piensa (complicado), sin que por ello tenga garantizada la comprensión universal de su intención última. Es cierto que esta afirmación se sostiene mal cuando uno lee a Pessoa o a Muñoz Rojas, pongamos por caso. Adèmás, habría que considerar la escritura en verso, impulso emotivo o estético que alcanzará desigualmente a los pocos lectores que son

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  9. Pues sí, Pedro, también las matemáticas son un lenguaje. Tantas combinaciones tiene el que escribe que se suele decir que la probabilidad de que un mono aporreando un ordenador escriba Guerra y Paz es bajísima, pero ahí está.
    Plante usted variados asuntos de interés filológico sobre el emisor y el receptor y el lenguaje en literatura; es un asunto difícil para mí, pero estoy leyendo ahora un libro que los trata con bastante acierto según mi punto de vista. El libro es "El demonio de la teoría. Literatura y sentido común" y su autor es Antoine Compagnon.
    Saludos cordiales

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  10. Siempre me ha resultado curiosa esa suerte de ilusión de perfección de las frases o, porqué no, de los versos que pensamos y que luego, al escribirles, van, letra a letra, transformándose en cualquier mamarracho. En ocasiones me pongo a declinar las variantes posibles del mamarracho en cuestión y el producto por momentos pareciera acercarse un poco, apenas una nadita, a la perfección. Saludos.

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  11. Hola M.
    Pues eso que cuentas parece la definición del día a día de un escritor. Me viene a la cabeza una cita de El día del watusi" de Francisco Casavella, sobre los genios, gente que no tiene problemas en alcanzar la perfección, dice así:
    "- Un artista puede hacer una obra maestra a lo largo de su vida. Hasta un buen conocedor del oficio que persevera puede llegar a hacer algo aproximado a una obra maestra. Pero lo que distingue a los genios es la iluminación que les hace parir una obra maestra detrás de otra como si la cosa no fuera con ellos."
    Saludos a Chile, la tierra de Zamorano, Medel y iba a poner Cantatore, pero me dice internet que es argentino nacionalizado chileno, no lo sabía

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