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Estoy mareada. Tengo el mal de la autopista. No se debe a la
distancia, no, son las autopistas, los peajes, la velocidad, el
tiempo y el hecho de que no puedes tomar ninguna decisión. Es como
ser...- Piensa un momento-. Es como ser un fotón. No puedes decidir
adónde vas.
Hugo
se encoge de hombros y mantiene la vista en la calzada
La primera vez que leí este texto también me encogí de hombros, como Hugo, ante semejante pedantería. Pero luego he visto que es un buen ejemplo, el fotón va también por carriles de los que no es fácil salir. También valdría un planeta moviéndose por el espacio. Uno va hacia delante sin ser consciente, igual que hemos acabado este 2018 aquí mismo.
En cualquier caso el mal de la autopista es preferible al mal de la autopsia, que ya no tiene remedio
Una miaja pedante era la mareada joven. Ay va, ay va , ay babilonia qué mareá.Pues compararse con un fotón no se le ocurre a cualquiera y más si es una fotona.
ResponderEliminarCuando había norias los burros daban vueltas y vueltas para sacar agua como fotones atados a circulares railes, para que no se marearan como la fotona les tapaban los ojos y de ahí lo de llevar ojereras o orejeras
Es mejor el ancho campo con sus bifurcaciones. Aquí la cantarulla primera del año con sus mariachis de fondo
"Cuatro caminos hay en mi vida
cual de los cuatro será el mejor?
tú que me viste llorar de angustia,
díme, paloma, por cual me voy"
Dear Woman
ResponderEliminarEs que debe ser muy difícil hacer decir cosas interesantes a los personajes de una novela y no resultar pedantes.
Gran cantarulla, yo acabo de escuhar un villancico que dice:
Ese pastorcillo que va cantando
hacia el portal de Belén va caminando
Como ve el camino doble, decía así:
ay dios mío, ¿cuál será?
ay dios mío, ¿cuál será?
no puedo más, siempre cojo el que no es, qué joer
que alguien me venga ayudar que si no
hoy no llego al Belén
Feliz año