EN LA clase de biología de tercero Ian había observado por el microscopio que una ameba con forma de salpicadura se acercaba a una mota de comida y la rodeaba paulatinamente. Había seguido moviéndose, más ancha y redondeada ya, y se había deformado para hacer sitio a la comida que había en su interior.
Así se esforzaba Ian por asimilar la muerte de Danny.
Un buen ejemplo de uso de términos
científicos, una comparación clásica. Un mal trago se ‘digiere’, por fagocitosis
en este caso, y se supera, por seguir la analogía digestiva, cuando se excreta
Antes, uno salía de su casa a hacer recados, mandados o gestiones si el tema era de papeleo. Ahora se gestionan las emociones y hay personal que te da "pautas de conducta" para que superes un divorcio o un duelo. Tal como a los niños se les daban pautas para aprender a montar en bicicleta.
ResponderEliminarY aquí en el texto, Jan en su clase de biología ,observando cómo la ameba se moldea sabiamente, se esfuerza él solito en asimilar y superar la muerte de Danny.
En la conocida expresión de "tragarse un sapo" se sobreentiende que una vez tragado la fagocitosis actúa, se excreta en su momento y aquí no ha pasado nada. Estaba hasta gustoso el sapo.
Amebas, seres generalmente unicelulares, así de simples. Dotadas, sin embargo, de comportamientos reflejos que hemos podido observar en fenómenos reproducibles en la mayor parte de líquidos y magmas, de bastante más complejidad. Así lo vimos con el derrame al romperse la balsa en las minas de Aznalcóllar o en el avance de las rocas fundidas en las faldas de los volcanes. Interpretamos desde nuestra mediatizada pero poderosa mente que cualquiera de esas manifestaciones de la naturaleza muestran una viveza o una voracidad.
ResponderEliminarMuy buena la analogía entre el mundo orgánico y el inorgánico. Y me ha hecho recordar el incidente de Aznalcóllar, que me cogió en plena carrera de Química y fue un tema muy debatido entre profesores, muy interesante
EliminarUn saludo cordial