Pero su belleza y su quietud rompieron mi equilibrio. En mi pequeño
apartamento, me besó y el suelo se abrió, me tragó, me sepultó allí mismo y en
aquel momento. ¿Cuántos poemas espantosos escribí pensando en ella? Ahora sé lo
que ella supuso para mí: el primer vislumbro de un puente espacial, un agujero
de gusano, un portal galáctico para abandonar mi planeta limitado y ciego. Ella
había visto otros mundos, y llevaba el espectacular linaje de esos otros mundos
en el vehículo que era su cuerpo negro
Ya se ha dicho muchas veces que el propósito de este blog no es la detección de gazapos. Nada más antipático que andar por la vida regañando y corrigiendo; si uno es profesor y padre, como se descuide, está así todo el día.
Así que nos alegramos de ejemplos como el de hoy en el que se muestra una relación sana entre literatura y ciencia: cómo gracias a esta última puede iluminarse una imagen. No es casual, ni la primera vez que se hace, que la Astronomía sirva para ayudar a describir y engrandecer los sentimientos de amor.