lunes, 31 de octubre de 2011

EL AMIGO DE LA MUERTE: CUENTO FANTÁSTICO: (PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN) Y LA MEDICINA

Atraído por una adivinanza de a woman me fui a mi modesta pero completa biblioteca de provincias para buscar 'El clavo', de Pedro Antonio de Alarcón, autor del que ni siquiera había escuchado hablar hasta entonces. Me encontré una edición de Cátedra  con varios cuentos, incluido éste que nos ocupa. Aunque parece que no está del todo claro que la Medicina sea una ciencia, aquí dejo un texto sobre ella. Al igual que hice con el texto de Poe sobre los matemáticos también me excuso de compartir la opinión del autor, porque además de matemáticos también conozco muchos médicos y es, como decía Juncal al Búfalo, un oficio bien digno, incluso un arte. Sobre el cuadro del que se habla no tengo ni idea y no sé si existe.



… Aludo a una pintura que vi cuando niño. Representa a la ‘Medicina’. En una cama yacían dos personas, o, por mejor decir, un hombre y su enfermedad. El médico había entrado en la habitación con los ojos vendados y armado de un garrote, y una vez cerca de la cama había empezado a dar palos de ciego sobre en el enfermo y sobre la enfermedad…No recuerdo precisamente quién fue antes víctima de los golpes…Creo que fue el enfermo

lunes, 17 de octubre de 2011

67 VERSOS EN RECUERDO DE DADÁ (JUAN EDUARDO CIRLOT) Y LOS NÚMEROS NATURALES

El uno se arrodilla dulcemente,
el dos tiene las trenzas de papel,
el tres llena de plata los triángulos,
el cuatro no solloza,
el cinco no devora el firmamento,
el seis no dice nada a las serpientes,
el siete se recoge en las miradas,
el ocho tiene casas y ciudades,
el nueve canta a veces con voz triste,
el diez abre sus ojos en el mar,
el once sabe música,
el doce alienta lámparas,
el trece vive sólo en los desvanes,
el catorce suplica,
el quince llama y grita,
el dieciséis escucha,
el diecisiete busca,
el dieciocho quema,
el diecinueve sube,
el veinte vuela ardiendo por el aire,
el veintiuno cae,
el veintidós espera,
el veintitrés adora los vestidos,
el veinticuatro sabe matemáticas,
el veinticinco magia,
el veintiséis amor,
el veintisiete guerra,
el veintiocho estrellas,
el veintinueve luna,
el treinta tiene garras de cerezo,
el treinta y uno flota,
el treinta y dos destruye los anillos,
el treinta y tres anula los espacios,
el treinta y cuatro ruge,
el treinta y cinco vive lejos,
el treinta y seis conoce la amargura,
el treinta y siete fulge,
el treinta y ocho baja,
el treinta y nueve quiebra torres,
el cuarenta se expresa,
pero el cuarenta y uno tiene páginas,
donde el cuarenta y dos halla su espejo,
donde el cuarenta y tres se desmenuza,
en el cuarenta y cuatro anidan tigres,
en el cuarenta y cinco monumentos,
en el cuarenta y seis hay una espiga,
en el cuarenta y siete distracciones,
detrás vienen cuarenta y ocho pensamientos,
cuarenta y nueve signos,
cincuenta cruces,
cincuenta y una lágrimas,
cincuenta y dos mujeres,
cincuenta y tres desiertos,
cincuenta y cuatro pianos,
para cincuenta y cinco partituras,
para cincuenta y seis sonidos,
cincuenta y siete soles,
cincuenta y ocho perlas,
cincuenta y nueve bocas,
sesenta muertes,
sesenta y una llagas,
sesenta y dos pirámides,
sesenta y tres adioses,
sesenta y cuatro diccionarios,
sesenta y cinco sentimientos,
sesenta y seis recuerdos,
sesenta y siete flores

. Hace diez años compartí piso con un poeta y traductor, en cierta ocasión le sorprendí leyendo a Cirlot, poeta entonces desconocido para mí, mi amigo me definió a Cirlot como un poeta 'musculoso', término que me llamó la atención aplicado a un poeta. Me gustan el once y el veintitrés

lunes, 3 de octubre de 2011

LA VOLUNTAD (JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ 'AZORÍN' ) Y EL LAMARCKISMO

Pudiera pensarse en un principio en la existencia de un marcado antagonismo entre Keith Richards y Azorín, pero no es así; imagínese el lector a Azorín con una cinta en el pelo, pantalones pitillos, converse y tocando la guitarra. Azotín y Keith han llevado vidas inversas, José Martínez comenzó siendo anarquista radical y acabó como la alegría de la huerta y sin embargo Keith era un niño encantador que cantaba en el coro de la escuela hasta que le suspendieron las ciencias y se rebeló.Y aquí termina este paralelismo forzadete entre Keith y y Azorín. Pido perdón por la extensión de este texto, que admite objeciones de todo tipo, pienso yo, biológicas, sociológicas...




El maestro calla un momento y después añade firmemente:
-          Las tendrán todos… las tendrán todos… Hace un siglo Juan Bautista Lamarck ponía el siguiente ejemplo en su ‘Filosofía zoológica’: un pájaro vese forzado a vagabundear por el agua en sitios de profundidad escasa; sus sucesores hacen los mismo; los sucesores de los sucesores hacen lo propio… Y de este modo, poco a poco, a lo largo de múltiples generaciones, este pájaro ha visto crecer entre los dedos de sus patas un ligero tejido… y aumentar de espesura… y llegar a recia membrana que le permite a él, descendiente de los primitivos voladores, nadar cómodamente en las marismas… Pues bien; ahora aplica este caso. Pon al hombre más rudo, más grosero, más inintelectual en una casa higiénica y confortante; aliméntalo bien; vístelo bien; haz que trabaje con comodidad, que goce sanamente… Y yo te digo que al cabo de tres, de ocho, de doce generaciones, de las que sean, el descendiente de ese rudo obrero será un bello ejemplar de hombre culto, artista, cordial, intelectivo.
Azorín observa:
-          Esto es el transformismo
Y Yuste replica:
-          Sí, es el transformismo que nos enseña que hay que lograr un medio idéntico para llegar a una identidad, a una igualdad fisiológica y psicológica… indispensable para la absoluta igualdad ante la Naturaleza. He aquí porqué he dicho antes que el problema no existe… No existe desde que Lamarck, Darwin y demás naturalistas contemporáneos han puesto en evidencia que el hombre es la función y el medio… Y puesto que es imposible producir un nuevo tipo humano sin cambiar la función y el medio, es de toda necesidad destruir radicalmente lo que constituye el medio y la función actuales