lunes, 31 de diciembre de 2018

PRIMERA LUZ (CHARLES BAXTER) Y LA TRAYECTORIA DE UN FOTÓN

En las afueras de Buffalo, Dorsey dice:
- Estoy mareada. Tengo el mal de la autopista. No se debe a la distancia, no, son las autopistas, los peajes, la velocidad, el tiempo y el hecho de que no puedes tomar ninguna decisión. Es como ser...- Piensa un momento-. Es como ser un fotón. No puedes decidir adónde vas.
Hugo se encoge de hombros y mantiene la vista en la calzada


La primera vez que leí este texto también me encogí de hombros, como Hugo, ante semejante pedantería. Pero luego he visto que es un buen ejemplo, el fotón va también por carriles de los que no es fácil salir. También valdría un planeta moviéndose por el espacio. Uno va hacia delante sin ser consciente, igual que hemos acabado este 2018 aquí mismo.
En cualquier caso el mal de la autopista es preferible al mal de la autopsia, que ya no tiene remedio

lunes, 17 de diciembre de 2018

RATAS EN EL JARDÍN (VALENTÍ PUIG) Y LA CONTRIBUCIÓN DE LA GRAVITACIÓN NEWTONIANA A NUESTRA FELICIDAD

Espléndido instante solitario de plenitud feliz. Todo gira alrededor de esta satisfacción, pero no de mí, no alrededor de un ego autocomplaciente, sino pletórico aunque no sea un día de trabajo provechoso. En casos así, la gravitación newtoniana es perfecta: los platos se mantienen sobre la mesa, cuchara y tenedor no se caen de las manos, el champán pasa de la botella a la copa sin accidentes, las conversaciones de los demás comensales suenan a una distancia remota y los camareros entienden que todo tiene que ir aún mejor

 Tal y como escribió Gonzalo Torné en El Cultural de El Mundo, el autor de este blog desdeñó el lado previsible de la simple búsqueda de gazapos. No por elegancia sino por intentar desconectar de su trabajo de profesor y su tarea de padre, que ya satisface con creces sus deseos de andar regañando.
Así pues, dice bien Valentí Puig: la gravitación newtoniana es perfecta, en casos así y casi siempre. Y si una de sus funciones es redondear la felicidad de alguien no seré yo quien lo contradiga. Yo mismo he notado alguna vez cómo las ecuaciones de Maxwell me hicieron sonreir

lunes, 3 de diciembre de 2018

PENSAMIENTOS SECRETOS (DAVID LODGE) Y LA RISA Y EL LLANTO DESDE UN PUNTO DE VISTA EVOLUTIVO

-Es un pasaje del cuaderno de mil ochocientos treinta y ocho. Darwin tiene treinta años. Hace dos del viaje en el Beagle. Tiene bien atrapada por la cola la idea de la evolución. Ja, sin doble sentido..., está convencido de que el hombre desciende del mono, pero todavía no lo ha hecho público, sabe demasiado bien la conmoción que va a causar. Está pensando en la risa, en que cuando los humanos ríen, muestran los dientes caninos, como los babuinos. Conjetura que nuestra risa y sonrisa podría remontarse a la forma en que los monos comunican el hallazgo de comida al resto de la tribu. -Ralph sigue la cita con el dedo índice mientras la lee en voz alta-: «Forma de considerar importante el asunto, la risa modifica el ladrido, la sonrisa modifica la risa. Ladrar para comunicar a otros animales de especies asociadas una buena noticia, el hallazgo de una presa, —sin duda debido a la necesidad de ayuda.» Luego viene la idea posterior. No se le ocurre de qué podría ser una modificación el llanto. «El llanto es un enigma.»
-Sunt lacrimae rerum -dice Helen.
-Mi latín está un poco oxidado -dice Ralph.
-«Hay lágrimas de las cosas.» Virgilio. Es casi intraducibie, pero se entiende lo que quiere decir. Algo parecido a «el llanto es un enigma».
-En realidad también lo es la risa -dice Ralph-. La explicación de Darwin no zanja el problema.


Es una pena que los animales carezcan de sentido del humor, pues les resultaría muy útil para pasar las horas muertas. Todos los animales, desde los más salvajes a los más domesticados pasan muchas horas al día aburridos que podrían rellenar con bromas y risas. Del llanto no sé qué beneficio pudieran obtener los animales porque el llanto es, como dicen Darwin y Virgilio, un misterio.
Recuerdo que en el barrio se le murió un perro a unos vecinos que sostenían que su perro sabía reirse. Lo enterraron junto a una pared donde escribieron: "Ron, el único perro que sabía reirse". Algún canalla creativo borró el palo de la 'r' de reirse por lo que la inscripción pasó a indicar que aquel perro era el único capaz de 'peirse', lo cual era falso e incorrecto