lunes, 21 de noviembre de 2016

LA FUGITIVA (MARCEL PROUST), DIEZ DE DICIEMBRE (GEORGE SAUNDERS) Y LAS ERRATAS CIENTÍFICAS

.. y el agua como una combinación de hidrógeno y nitrógeno (sic)…”
Marcel Proust, La fugitiva, pág 274, Biblioteca Proust, Alianza Editorial

"Ya había recorrido tres cuartos, es decir, un sesenta por ciento"
Diez de diciembre, George Saunders, pág 250




La diferencia entre una errata y una falta de ortografía es que esta última se comete por ignorancia y la primera, inevitable como saben todos los editores, es un error tan de bulto que se atribuye a la casualidad o la mala suerte. Lo mismo podríamos hablar de erratas científicas, ¿desconocía Proust que el agua está compuesta de hidrógeno y oxígeno? improbable. ¿No sabe calcular George Saunders ni su traductor Ben Clark un % básico?  Algo más improbable y que sea una especie de broma

lunes, 7 de noviembre de 2016

PALINURO DE MÉXICO (FERNANDO DEL PASO) Y LA CONTRIBUCIÓN DE LOS ANIMALES AL PROGRESO DE LA CIENCIA

Y la lista de los pobres animales que habían contribuido al progreso de la ciencia, y de los que iban a contribuir en el futuro, era interminable. Avenzoar le sacaba los bronquios a las cabras. el mismo Galeno dejaba sin voz a los animales seccionándoles los nervios recurrentes. Plinio disecaba camaleones. Rufus de Éfeso destazaba monos para estudiar su anatomía, Behring quemaba a los conejos con tricloruro de yodo. y mientras Pavlov volvía neuróticos a los perros jugándoles bromas con sus reflejos más sagrados y engañándolos con luces y campanas, Bard y Mountcastle privaban a los gatos de sus estructuras rinencefálicas, tornándolos feroces, y Roux dejaba al descubierto el cerebro tembloroso de un perro vivo. Block abría conejos, los hería en el corazón, los operaba del mismo corazón, los suturaba y los dejaba vivir



Así como se dice que los poetas miran con ojos de niños, los científicos son a veces capaces de compartir con la infancia esa mezcla de curiosidad y crueldad que les lleva a hurgar con un escalpelo o con un palito, según el caso. Aún recuerdo un día que de pequeños encontramos un gorrión muerto y lo intentamos disecar, aún recuerdo el olor de aquello. Los animales siempre me han causado respeto y curiosidad y nunca he sido cruel con ellos, no sé si en esto ha influido mi educación 100% urbana. Tampoco he llegado al extremo de hacerme vegetariano, ya muertos y cocinados no me viene ningún sentimiento de compasión, depende mucho del tamaño del animal en cualquier caso porque, ¿quién puede sentir lástima de una gamba de Huelva?