lunes, 25 de mayo de 2015

GENERACIÓN A (DOUGLAS COUPLAND) Y LA CLARIDAD CON QUE LA GENTE DEFINE SU POSICIÓN RESPECTO A LAS MATEMÁTICAS

-           Así que una historia de números- le dije  a Zack.
-          Sí. Y de fe y esperanza. Si quieres que tu cuento sea inmortal, nada como una gran dosis de fe y esperanza. Mogollones de fe. Raciones extra de esperanza.
-          Hermano, deben molarte mucho los números o algo así.
-          ¿Qué me molan? De hecho odio los putos números. Pero cuando los miro no hacen ruido dentro de mi cabeza, como sucede con las palabras y las letras. De hecho, me dan cierta paz. En clase de mates me la pasaba mirando las ecuaciones, pero mi mente se mudaba a un lugar feliz hasta la hora del recreo.
-          Yo odiaba las mates.
Todos asentimos con nuestras cabezas. Serge, en cambio agitaba la cabeza de un lado a otro, escandalizado


Efectivamente la gente tiene muy claro si le gustan y/o se le dan bien las matemáticas o al contrario. Es además una decisión que se toma muy temprano, desde chico uno tiene claro si le gustan o no. Y no admite medias tintas, poca gente dice a mí las matemáticas ni fu ni fa, se me daban normal y no me disgustaban pero tampoco me emocionaban. Algo parecido ocurre en las memorias o autobiografías con el papel del padre, o son unas excelentes personas e incluso genios o unos seres malvados que arruinaron la infancia del autor o indignamente torpes. Pocas veces se encuentra algo así como: mi padre era un señor normal, o como en los versos de Manuel Alcántara: "Era bueno o malo, lo mismo que cualquiera..."
Yo, como Serge en el texto, también me escandalizo.

lunes, 11 de mayo de 2015

LA VIDA BREVE (EUGENIO D´ORS) Y EL ANUMERISMO

Se rifaba un cordero, y teníamos unos magníficos capicúas que, por fuerza, habían de salir. Pero el sorteo ha tardado tanto, que ya se nos ha hecho imposible la espera



Este texto me recuerda la vez que entré a comprar lotería con un amigo profesor de matemáticas y con estudios de Estadística y Probabilidad. Se puso a marujear con la dependienta para que le diera un número bonito. Cuando le reprendí la incoherencia entre sus estudios y su actitud me dijo:
- Si hago caso a mis estudios ni siquiera compraría lotería
El anumerismo es un término nuevo importado del inglés que quiere presentar una analogía con el analfabetismo. Expresaría la incapacidad de una parte de la población para interpretar datos matemáticos de todo tipo, con el consiguiente grado de indefensión ante la información recibida en los medios