lunes, 29 de octubre de 2012

EL CABALLO GRIEGO (MANUEL ALTOLAGUIRRE) Y LA RELACIÓN ENTRE CIENCIA Y FE

Esto es un homenaje a la humilde biblioteca de provincias que frecuento. Pequeña pero completísima biblioteca donde además realizan unos expurgos en los que nos dejan llevarnos los libros; así he adquirido:
- 'Autobiografía de Federico Sánchez', de Jorge Semprúm
- 'Ulises' de Joyce en inglés
- 'El advenimiento de la républica', de Josep Pla
- 'El caballo griego', de Manuel Altolaguirre
- 'Ensayos materialistas', Gustavo Bueno
- 'Un vestido de domingo', de David Sedaris
- 'El siglo de las luces', de Alejo Carpentier
- 'Pedro Páramo y El Llano en llams', Juan Rulfo
- 'Anaconda', Horacio Quirofa, en Alianza Editorial, con su portada de Daniel Gil
...
Pero, sobre todo, la joya de mi colección de expurgos: el Peor Libro de la Historia, un libro que las pocas personas que han conseguido terminarlo se han sentido fatal por ello y han exigido indemnizaciones, en este caso a la embajada francesa. Me refiero a 'El antiedipo', de Gilles Deleuze, en una edición feísima además.
Vamos con el texto, largo esta vez, como mi comentario y pido perdón por ello. No quisiera tanto que sirviera de chispa para  discusiones entre razón y fe como para disfrutar del placer de leer a partre citando a Altolaguirre citando a Unamuno citando a Tertuliano.
O disfrutar de la foto, en la que como siempre que retratan a la generación del 27, aparecen como unos tíos bastante enrollados y que se lo pasan la mar de bien


Unamuno escuchó también las palabras de Satán que le dijo: ’Escoge entre el amor y la ciencia. No hay otra elección’. Unamuno, sin vacilar un momento, menospreció la ciencia y se entregó al sentimentalismo, se puso a llorar y a compadecer y fue feliz porque sus lágrimas le hicieron conocer a Dios. Y fue católico ferviente porque no podría tolerar lo que él llama la ramplonería religiosa del luteranismo. Además se colocó poéticamente al lado de la Iglesia, frente a la ciencia, diciendo:
   “La Iglesia Católica defiende la vida contra la razón. Y hace bien. Hizo bien en salirle al paso a Galileo, en oponerse a Darwin, hace bien al declararse irreconciliable con la llamada civilización moderna. La teología no tiene nada que aprender de la ciencia. Tertuliano dijo esta soberbia expresión: ‘Creo porque es absurdo’. Si no fuera absurdo no hubiese necesitado creer, le bastaría con la razón. La fe no puede apoyarse sino en la gracia. Los escolásticos quieren apoyar la fe en la razón y son los verdaderos responsables de la pérdida de fe. Frente al racionalismo hay que colocar la mística. La ciencia como sustitutiva de la religión y la razón como la sustitutiva de la fe han fracasado siempre. La fe es cosa que depende de la voluntad, de la necesidad que el hombre sienta de sobrevivirse. A Jesús le dicen en el Evangelio: ’Quiero creer, señor, creo, Señor, ayuda mi incredulidad’. La Teología nace siempre de la fantasía puesta al servicio de la vida. Vivir. Vivir. Vivir

lunes, 15 de octubre de 2012

TRES TRISTES TIGRES (GUILLERMO CABRERA INFANTE) Y EL ESPACIO-TIEMPO

Esta imagen me asalta con violencia, casi sin provocación y pienso que mejor que la memoria involuntaria para atrapar el tiempo perdido, es la memoria violenta, incoercible, que no necesita ni madelenitas en el te ni fragancias del pasado ni un tropezón idéntico a sí mismo, sino que viene abrupta, alevosa y nocturna y nos fractura la ventana del presente con un recuerdo ladrón. No deja de ser singular que este recuerdo dé vértigo: esa sensación de caída inminente, ese viaje brusco, inseguro, esa aproximación de dos planos por la posible caída violenta (los  planos reales por una caída física, vertical y el plano de la realidad y el del recuerdo por la horizontal caída imaginaria) permite saber que el tiempo, como el espacio, tiene también su ley de gravedad. Quiero casar a Proust con Isaac Newton

Sobre la última frase: dejando a un lado que ambos a lo mejor se hubieran casado de haber encontrado un marco legal propicio como el actual, la frase vale también como eslogan del blog. Sobre el texto: creo que logro entender la idea principal, pero dudo si hay un momento en que se lía un poco, no sé...

lunes, 1 de octubre de 2012

EL REY PÁLIDO (DAVID FOSTER WALLACE) Y LA POROSIDAD DE LA FRONTERA ENTRE CIENCIAS Y LETRAS


Además, eché un vistazo a mi libro de texto de estadística empresarial y descubrí que se tenía que haber hecho cálculo matemático, y yo ni siquiera había hecho trigonometría; en el último año del instituto había cursado Perspectivas sobre el Teatro Moderno en lugar de trigonometría, y me acordaba bien de que mi padre me había apretado las clavijas por ello. En realidad, mi odio al Álgebra II y mi negativa a hacer más matemáticas después de esa clase suscitaron una de las discusiones más fuertes que oí que mis padres tuvieron en los años previos a su separación, lo cual es una historia bastante larga, pero recuerdo haber oído que mi padre decía que en realidad solamente había dos clases de personas en el mundo: a saber, la gente que entendía las realidades técnicas de cómo funcionaba el  mundo real (mediante las matemáticas y las ciencias, quería decir obviamente), y la gente que no las entendía, y a continuación oí que mi madre se enfadaba y se deprimía mucho por lo que ella consideraba la rigidez y la estrechez de miras de mi padre y le contestaba que en realidad los dos tipos básicos de personas eran la gente tan rígida e intolerante que creía que solamente había dos tipos básicos de seres humanos, por un lado, y por el otro la gente que creía que en realidad había toda clase de tipos y variedades de personas, cada una de ellas provista de dones únicos y destinos y caminos en la vida que encontrar y etcétera

Naturalmente el objetivo de este blog es suavizar la frontera entre ciencias y letras y disminuir el número de científicos que se refieren a las letras despectivamente y lo contrario, que ambas modalidades se dan. Pudiera pensarse en principio que este texto no ayuda a nuestro propósito pero no es así, piensen, por defender al padre, que yo creo que se enfadó no sólo porque no cogió Trigonometría, sino porque eligió una asignatura que no presupone nada bueno para un padre riguroso. Seguro que si hubiera cogido una signatura de letras más seria (Literatura, o algo así) no se habría enfadado tanto. Una asignatura llamada 'Perspectivas sobre el Teatro Moderno' le sugiere a mis prejuicios la presencia de un profesor calvo con coleta que habla de la importancia de expresar y canalizar los sentimientos e incluso la posibilidad de tener que comprarse unas mallas negras para expresarse mejor, como he oído que se hacía hace muchos años en un colegio del aljarafe sevillano