- Don José María- le interrumpía yo, levantando el brazo-, ¿puedo hacerle una pregunta? ¿Cómo se llega al ácido láctico a partir del glucógeno?
Corral comenzaba a desbarrar,
tartamudeaba, se iba a la pizarra y trataba de escribir la fórmula de la
glucosa, pero siempre le faltaba algún oxidrilo, por lo que, mientras tachaba,
borraba y reescribía de espaldas a los alumnos, alguno decía a voz en grito:
- Que no es así, hombre. Eso no es
glucosa ni ná. Siéntese, siéntese- añadía, remedando la orden de un profesor a
un estudiante ignorante
Otro entraba en liza:
- ¡Qué burros sois! Lo que quiere
escribir el muchacho es la fórmula de un jarabe. Para él la glucosa es un
jarabe, porque es azúcar
En defensa del pobre Don José María
cabe decir que la gluconeogénesis y la bioquímica en general es difícil y pesada
de desarrollar en fórmulas detalladas. Lo que yo no sabía es que el hígado
juega un papel tan importante en estos procesos de esfuerzo muscular. Gracias
al ciclo de Cori, el hígado aporta glucosa que es llevada al músculo, que le
devuelve lactato al hígado. Estos procesos deberían conocerse mejor entre
muchos deportistas aficionados con tendencia a maltratar el hígado