El editor de este blog, Jean Sol Partre, ha recibido por correo electrónico algunas quejas por hablar de la carrera espacial con poca seriedad, metiendo por medio al cine español. Reaccionando ante esta acusación decide ponerse serio y atender un grave problema del espacio: la basura espacial.
El ser humano es gorrino por naturaleza, y los astronautas no están exentos de este principio. Han dejado aquello perdido, y hasta que no admitan a la madre de algún astronauta en la tripulación el problema persistirá. Diego Carrasco reflexiona sobre toda esta chatarra que orbita alrededor de la Tierrra:
En órbita estacioaria
la chatarra innecesaria.
En cada estación orbilta
10000 kilos de metal.
Cada satélite obsoleto
3000 kilos metal neto
No sabía, amigo, que el problema fuera tan acuciante como para merecer una reflexión de Diego carrasco. Y es que está uno tan tranquilo, viendo esto y lo otro,oyendo lo de acá y lo de más allá, y se olvida uno de cosas tan serias como la basura espacial y la falta de cuidado de unos y otros. ¿Y del universo en expansión, qué me dice Vd.? Pues yo tengo un amigo al que le entran escalofríos cuando cae en la cuenta, en la soledad de la noche, de esa expansión incontrolable. Y es que es mucho lo que ignoramos y más de lo que no nos damos cuenta. Así que bienvenidas sus reflexiones y las de carrasco, y no se me enoje, como dicen en América, por si a alguien no le ha gustado la carrera espacial vista desde el cine español.
ResponderEliminarAtentos saludos
Me ha... no sabría decir si indignado o, mejor diría, que tiene gracia que alguien proteste por el anterior blog. El tema ha sido tratado con poca seriedad...¡Señor! ¿Cómo es posible quejarse por la forma en que se ha hablado de la carrera espacial? ¿Acaso se la minusvalora? No quiero dejar constancia de la opinión que me merece dicha queja porque temo que me lloverían otras muchas. Sólo diré que hoy día el humor es algo muy necesario, casi como el aire que respiramos, si se me permite la exageración. Tratar algo con humor es un deporte muy sano. No indica desprecio en absoluto. En fin, estoy seguro de que seremos muchos los que pensemos de la misma manera.
ResponderEliminarSí sería oportuno limpiar un poco este espacio nuestro. ¿Y podemos decir realmente que es sólo nuestro? Confío en que los astronautas no se sientan también ofendidos.
Una buena canción. ¡Enhorabuena por el blog!
Evanesc
Estimado Basin
ResponderEliminarLa basura espacial es un problema a tener ya en cuenta. Su amigo el que sufre de esa especie de agorafobia espacial debe ser muy sensible.
Las reflexiones de Diego Carrasco siempre aportan algún punto de vista interesante. Recuerdo una canción de Los delinqüentes en las que sin venir a cuento empezó a meterse con Karmele la de la tele y le decía: Karmele, que el ejército te teme, Karmele, que sabemos la edad que tienes y cosas así...
De oficiis
ResponderEliminarAquí hemos hablado de artesanos honrados como los toneleros, los vinateros,los cesteros tan en decadencia hoy día. Pero la cantarulla de hoy nos lleva a un oficio en auge en estos tiempos de obsolescencia: el actual chatarrero, tan distinto del de los años cuarenta que andaba mezclado con el trapero y con el lañaor y con el paragüero, incluso con el pellejero. Creo que ya nadie sabrá qué hacía el lañador; echaba remiendos o lañas a ollas, sartenes, lebrillos, orinales ,cazos, orzas y todo recipiente anterior al estado de bienestar del plástico.
Lañaores, afilaores, cacharreros y demás se propagaban a si mismos por los pueblos de Dios, con sus cantarullas animosas, a.veces por la Mancha se oía también la cantarulla del que vendía Arrope y calabazate .
El chatarrero de ahora no es nómada, suele llevar folloneta, y tiene a Dios gracias más posible habida cuenta de la obsolescencia anteriormente dicha.
De arte Dieguense
He oído varias veces la cantarulla del proclamado chatarrero, he buscado la letra pero hay cosas que se me pierden.Creo que le dice a su mujer que ponga la ollita al fuego y la mujer le pregunta qué le echa, chatarrilla o qué.
Pero buscando la letra he encontrado otra copla titulada Química, del mismo autor en la que canta vestido con una gabardina-bata-capote y asevera ":No quiero catalizadores, no ". Se la brindo a usted por si puede sacarle partido pues teoriza sobre el espacio que queda entre el núcleo y la corteza y maneja la gabardiba-bata-capote con un arte que no se puede aguantar
Bueno, bueno, Evanesc
ResponderEliminarDejemos correr esta agria polémica. Muchas gracias por sus palabra de ánimo y su reflexión sobre la necesidad del humor.
Saludos
Adivinanza de vez en cuando
ResponderEliminarNo hay ganador, oiga, una vergüenza; amplifico las pistas a ver si ya eso se va aclarando
1.-
El autor del siglo pasado , vecino pero no del mismo Tijuana, se llamaba como un cantautor de Játiva, y aunque escrito en inglés podría llamarse Moncho..Uno de ellos ha muerto hace poco
2.-
El título decíamos que hablaba de que antes de irse había que despedirse pero que tardaba bastante en hacerlo.
3.-
A su manera era un canto a la amistad, si te echas un amigo,aunque sea en Tijuana, hay que querello y protegello. Y más cuando uno se dedica a investigar quien es el malo de la historia.
Querida a woman
ResponderEliminarNo había yo escuchado el temazo "Química" de Diego Carrasco, que naturalmente que se merece una entrada propia ene ste blog, aunque la idea del blog es repetir lo menos posible a los autores. Gracias en cualquier caso por el descubrimiento de esa canción.
Con respecto a la adivinanza, he estado investigando y no tengo ni idea; me venía a la cabeza Ramón J. Sender, pero nada
¡más pistas!
Creo que no es tan difícil y las pistas son suficientes para los amigos de la novela negra:
ResponderEliminarEl Raimon, (aludía también A woman a uno de los ramones muetro recientemente ) es Raymond Chandler.
La novela es El largo adiós donde en efecto habla del viaje de su amigo a Tijuana; amigo al que Marlowe defiende por encima de todo.
Recomiendo su lectura en estos días calurosos.
Muy bueno aquel cd de todos somos inquilinos del mundo, vi el post sobre Diego y aprovecho para mostrar mi respeto y admiración por él.
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