lunes, 13 de junio de 2022

LOS CINCO Y YO (ANTONIO OREJUDO) Y LA ARISTOCRACIA DE LAS CIENCIAS

 Quintín siempre se creyó un genio llamado a renovar las matemáticas. El sueño de su padre era que estudiara ingeniería aeronáutica. Por eso, su decisión de estudiar matemática teórica lo decepcionó. Le preguntó que por qué lo hacía y él respondió desafiante que las ciencias aplicadas eran para los débiles; la matemática teórica era la aristocracia de las ciencias.

Las ciencias aplicadas son para los débiles, dice el texto y es una línea de pensamiento bastante arraigada entre algunos sectores de matemáticos y físicos. Yo la encuentro bastante divertida y con su puntito de verdad, como todos los tópicos y como todas las exageraciones. El viernes pasado hablábamos aquí de los recelos recíprocos entre ciencias y letras. Hoy los de letras no entran siquiera en consideración. Como químico que soy reconozco que la dificultad de una carrera es directamente proporcional a los años de matemáticas que hay en ella. Pero no se habla aquí solo de dificultad, sino del carácter plebeyo que supone buscarle una aplicación a lo aprendido, al estudio. Esa visión romántica del saber por sí mismo no es en realidad exclusiva de las matemáticas puras o teóricas, sino que podrían también compartirlas carreras como Filología Clásica

4 comentarios:

  1. me cuentan el caso de una niña china que sabe poco español pero que domina el vocabulario y la sustancia matemática, como ejemplo de matemáticas teóricas , ajenas al grifo y a los kilos.
    Está bien compararlo con el estudio del latín y el griego: el regocijo ante un buen gerundivo no tiene que ver con esos consuelos pedagagícos de ajedrez del cerebro o raíces médicas.
    Quintín como nombre está desacreditado desde que Arniches escribió y popularizó el sainete Don Quintín el amargao

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  2. Dear Woman
    Quintín es el padre de uno de los Cinco. Se me olvidó poner en esta entrada una frase de Einstein que viene a cuento, aunque igual es falsa, como mucha de las que le adjudican. La frase, bastante famosa, dice:
    Las matemáticas puras son, en su forma, la poesía de las ideas lógicas
    Vengaaaaaaaaa

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  3. La presente entrada parece una sugerencia explícita a que el lector simpatice o arguya en defensa de cualquiera de ambas modelaciones sobre los números. Efectivamente, bienvenidas las cifras que apoyan y respaldan a los agricultores, los veterinarios o los relojeros y, por otro lado, adelante aquellas mentes puras que, sin dañar a nadie, especulan con el trayecto interminable del dígito proyectado sobre sí mismo.
    De igual manera se establece una dialéctica semejante entre esas hermanitas de los pobres que recorren las calles y visitan las casas empobrecidos, en tanto que los monjes del Tíbet articulan sus mantras y dirigen su atención a la nada

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  4. Estimado Anónimo
    Me ha gustado mucho el análisis de la entrada de esta quincena, la comparación con monjas y monjes finísima, muy buena
    Un saludo cordial

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