lunes, 6 de febrero de 2023

TOSTONAZO (SANTIAGO LORENZO) Y LA FUNCIÓN FACTORIAL

 Me picaba la curiosidad sobre cómo había conseguido entrar. Me lo contó. Él había visto que la puerta se abría con el sistema de teclado del que ya hablé cuando recordaba mi llegada a la casa de Pacomio, el que funcionaba marcando una clave de cuatro cifras. Las posibles combinaciones eran cientos. Sin embargo, se podían reducir considerablemente. Todos los botones estaban roñosos. Menos el 3, el 5, el 8 y el 9, que eran los que los legítimos moradores pulsábamos para entrar. Esos, por el uso, estaban brillantes. Las cuatro teclas delatoras acotaban las opciones a veinticuatro intentos. La puerta se abrió a la de quince.

La función factorial es una bonita propiedad matemática que se conoce desde hace muchísimo tiempo. Se representa con el signo de exclamación e indica el número de posibles combinaciones, de maneras de ordenar n objetos (n!). Se calcula multiplicando todos los número enteros positivos desde 1 hasta el propio número calculado. Así para 4 sería efectivamente 4!=4x3x2x1= 24. Muy bien por Santiago Lorenzo, las opciones eran de 24 intentos, enhorabuena  también por esta novela que me ha hecho reír en varias ocasiones

1 comentario:

  1. Mis coetáneos pensionistas crecidos hablan de he róicas batallas para traer el bienestar y la democracia cuando lo que hemos hecho sobre todo es estar como podíamos y llegar a viejos si ha habido suerte.
    Pero es ahora con las nuevas tecnologías cuando los viejos pensionistas estamos dando el do de pecho , sin llegar a dominar la función factorial podemos entrar en la casa de Pacomio, bien por deducción, bien por haber hecho un curso contra la brecha digital que nuestras instituciones nos procuran, bien porque siempre se puede llamar a cualquier telefonillo hasta que nos abran.
    La entereza de los mayores, con el móvil el interés y necesidad de no quedarse fuera de la historia , no ser como el personaje de Los asquerosos, muestra ante la historia que en caso de necesidad el más tonto hace relojes y siempre habrá un nieto displicente para darle cuerda

    ResponderEliminar