¿Por qué vuelan los aviones? es la típica pregunta llamativa de titular de periódico Como toda pregunta que pretende ser definitiva tiene en realidad una respuesta múltiple y compleja. Uno de los motivos que ayudan a que un avión vuele es el llamado efecto Coanda, que es básicamente el que hace que si acercamos una cuchara verticalmente a un grifo abierto el chorro se amolde a la curva de la cuchara. El lector atento del blog notará que es la segunda vez que utilizamos la cuchara para ilustrar algún fenómeno físico, porque también se dijo en su momento que es un espejo cóncavo o convexo según cómo se mire.
Uno ha pensado hasta hace unos meses que el responsable del vuelo de los aviones era el efecto Magnus, no el efecto Coanda y la culpa de esto la tienen mis apuntes de oposiciones. Recientemente, Francisco Villatoro Machuca y Javier Fernández Panadero me han sacado de mi error.
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Pero no deja de tener sus peligros- dijo el
coronel. Perdió de vista al administrador, pero lo recobró entre los frascos de
colores del carrito de refrescos-. La humanidad no progresa de balde.
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En la actualidad es más seguro que una lancha-
dijo el médico-. A veinte mil pies de altura se vuela por encima de las tempestades.
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Veinte mil pies- repitió el coronel, perplejo,
sin concebir la noción de la cifra.
El médico se interesó. Estiró
la revista con las dos manos hasta lograr una inmovilidad absiluta.
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Hay una estabilidad perfecta- dijo.
Muy bonita la vuelta a la física recreativa, que la teníamos algo abandonada, amuigo, con el precioso ejemplo de la cuchara que ilustra el fundamento del vuelo de los aviones. Nada mejor que un buen ejemplo. Lástima que el coronel, distraído sin duda, se perdiera en la altura de vuelo que le manifestaba el médico. Debía tener la mente aplicada a más altas cuestiones que un médico, personal civil al fin y al cabo, no llega a entender.
ResponderEliminarPor cierto, y hablando del coronel y de los coroneles, ¿sabe Vd. que el coronel sí tenía quien le escribiera, lo que pasa es que no le llegaban las cartas? Y no le llegaban porque tal como nos lo dice Gª Marquez en otro texto titulado Isabel viendo llover en Macondo, la lluvia no le permitía al cartero repartir la correspondencia. Y siguiendo con los coroneles, ¿sabe Vd. que a un coronel no se le trata de usted sino de usía? Desconozco si por su edad y circunstancias hizo Vd. el servicio militar obligatorio o no. Si no lo hizo, ya sabe el tratamiento. Y si lo hizo, bien de caballero aspirante de la IPS bien de simple y humilde guripa, también está enterado. Cosas de la vida militar.
Atentos saludos
Estimado Basin
ResponderEliminarPues no tenía ni idea de que en Isabel viendo llover sobre Macondo se hablara de las causas por las que no llegaban las cartas al coronel, sobre todo la que le informaba de su pensión. El coronel cuida un gallo de pelea, como Camarón en "Pistola y cuchillo" de Montero Gonzñalez
Tomo nota del trato requerido con los coroneles por si alguna vez me cruzo con alguno.
Lo cierto es que no hice la mili, lo cual me impidió hacerme un hombre y tatuarme el nombre de mi novia, pero intento sobrellevarlo con dignidad.
"El Coronil no tiene quien le escriba" sería un buen nombre para un concurso de relatos sobre El Coronil que desde aquí le presto al concejal de cultura de dicho municipio.
Saludos
Precisión semántica
ResponderEliminarNo me acaba de gustar el efecto Coanda, hablando de aviones y me inclino por Covuela, que cuantri más se atine y se afine con la sustancia, mayor entendimiento "habremos"..
Precisión nemotécnica
Recuerdo (todavía) un video hecho al señor Maragall, afecto de alzeimer, al que se le hacía recordar estas tres palabras:
Cuchara, bicicleta y manzana. No sé cómo y porqué habían sido elegidas por los expertos en prevención, pero las tres me parecen palabras de mucha sustancia y muy vinculadas a la vida. Por si las moscas, yo las repito de vez en cuando por si hay alguna magia implícita, fuera aparte de para ilustrar fenómenos físicos
.
Precisiones de género (que diría la olvidada Bibiana )
Puesto que el coronel ha hecho salir a los cargos militares y ellos en su mayoría suelen tener una señora,( ahora ya está permitido un señor,) advierto que así como la coronela y la capitana gozan de buena sustancia semántica y nos las figuramos buenas mozas y de dignidad pareja a su pareja; en cambio la sargenta se nos figura, mandona y con bigote; parece que ni lo alto ni lo bajo de la pirámide, generala y caba se aplican en la vida común, que la lengua es muy caprichosa .
Cuchara, bicicleta, manzana y que sea lo que Dios quiera
Dear woman
ResponderEliminarMuy bueno lo del efecto covuela. El efecto coanda sería entonces la tercera ley de newton, responsable de que andemos.
Así es, capitana tiene gran fama, sargenta sin embargo me lleva a la gorda que dibuja Forges con rodillo en mano.
Cuchara, bicicleta y ...manzana
Adivinanza de vez en cuando
ResponderEliminar(La anterior adivinanza se refería,fetivamente,a Pequeñas infamias de Carmen Posada, como siempre enhorabuena al acertante que sigue con la buena racha )
1.-
La su lengua estaba haciéndose como quien dice; esto hizo que el autor escribiera la novela varias veces hasta que dió con la limpida u definitiva frescura del Arno.
2.-
Qué siglo de novelones, ay madre, Qué vidas las de los autores, qué vaivenes por el romanticismo, lo histórico, la guerra, la peste ma soprattutto l'amore.
3.-
Los personajes varios, el villano rico, el clero, uno bueno y otro malo,el muchacho y la muchacha que al final se casan.
Adios montañas
Otra pista, el título es una palabra que no está de moda en las diversas lenguas y que ha sido sustituida.
ResponderEliminarOtra, en castellano, la palabra que lo traduce también ha perdido actualidad y ha sido sustituida igualmente.
De nada
De perdíos al rio: "el Decamerón"" de Bocaccio
ResponderEliminarAvanti ha dado unas cuentas tan finísmas que ni yo misma me encuentro. E insisto que se trata del gran siglo de la novela en Europa, il novecento, así que aun podemos librarnos de la corriente fluvial, don Dixon.
ResponderEliminarSeñor, señor! que en el río ni tan siquiera músicos ahogados hallábanse de tan poquito ruido que llevaba...En fin, vamos a decir...."Los Novios"...de Alessandro Manzoni..
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