lunes, 17 de abril de 2023

EL CEREBRO DE ANDREW (E.L. DOCTOROW) Y LOS EXPERIMENTOS DE GALVANI

 A Andrew le asignaron el plan de estudios de biología. Era bastante fácil, y aprovechó la disección de la rana, acompañada de una reescenificación de Galvani contrayéndose la pata de la rana muerta al contacto de una sonda metálica como si estuviera viva, para dirigir gradualmente a la clase hacia ciertos aspectos elementales de la ciencia del cerebro. Y cuanto más se apartaba del plan de estudios, tanto más disfrutaban las chicas y los chicos, incluidos los amantes inseparables. Uno de los alumnos saltó al estrado de la sala de estudio y se acercó el puño a la boca, como un micrófono: «Esto es dorsal, aquello es ventral, eso otro es rostral, y tú no eres más que mental…».

A finales del siglo XVII Galvani aplicó una descarga eléctrica a una rana que estaba disecando y la pata de la rana convulsionó. Esto dio lugar al galvanismo, que cada vez se aplicaba a animales más grandes en demostraciones públicas e incluso a algún condenado a la horca. Las influencias en la posterior Frankestein parecen bastante evidentes.

Aunque posteriormente su paisano Volta corrigió sus teorías y pudo aplicarlas en la invención de la pila, la influencia de Galvani fue crucial para el estudio del sistema nervioso, del cerebro y de sus impulsos eléctricos

1 comentario:

  1. Yo sé que eso de las ranas pasa, pero tanto el experimento como las escurridiza ranas me dan asco aunque son muy beneficiosas por comerse los mosquitos y resultan misteriosas tanto por su dudosa situación en la clasificación animal como su potencial habilidad para acoger príncipes en sus resbalosas carnes. Pues siempre han sido animales muy infantilizados y a la vez muy de la ciencia como el texto nos indica.
    Y mira que son feas de cerca por mucha lírica y ciencia y cucús que les eches y muy de la gastronomia francesa

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