Pocas cosas me saben peor que contradecir a Camarón, pero en el sueño lúcido parece que sí es posible abrir semillas en el corazón del sueño, puesto que en este tipo de sueños uno es consciente de que está soñando y puede incluso influir en el desarrollo del sueño. Tiene ciertos beneficios pero también algunos peligros.
En la novela Armadillo de William Boyd aparece un Instituto de Sueños Lúcidos y se explica bien este fenómeno:
Era un sueño lúcido, porque en el sueño había pasado algo que él había deseado pero que nunca había ocurrido en su vida, y durante el tiempo que había durado el sueño le había parecido real.
Casi todo lo que sé sobre el sueño lúcido lo aprendí en esta charla de Pablo José Barrecheguren, La paradoja del sueño lúcido:
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