Me
impulsaba a tener pensamientos filosóficos. ¿Por qué me resultaba
reconocible a mí, un muchacho judío, la escala de números de la
radio nazi? Porque los números eran inmutables. Su orden era fijo,
universalmente cierto. Incluso los nazis tenían que plegarse a
ellos. Bueno, si los números eran los mismos para todo el mundo en
cualquier lugar del universo, ¿no significaba eso que tenían que
haber sido colocados en nuestros cerebros por Dios? Y si era así,
¿por qué, sino para enseñarle a todo el mundo la naturaleza de la
verdad? Era cierto, por ejemplo, que dos más dos de cualquier cosa
eran cuatro. Tanto daba lo que les aplicaras; los números, al ser
de manera fija y eterna lo que eran y nada más, encarnaban la verdad
Ilustración de Marzala Surface Pattern Design |
En
este blog nos gusta estar moderadamente cercanos a la actualidad. El
pasado 21 de julio fallecía E.L. Doctorow; sirva esta humilde
entrada como homenaje y recomendación literaria. Lo cierto es que el
argumento del texto me convence. Esa es la atracción que ejerce el
estudio de las matemáticas para muchas mentes proclives y,
paradójicamente, también el fundamento del rechazo, repulsión o
directamente acojone que provoca en otras gentes
El pobre Asterión según nos cuenta Borges en el relato dentro del Aleph, se liaba mucho con los números , allá en su soledad del Laberinto. "Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito )..." Y hay una nota del autor que dice " 1El original dice catorce pero sobran motivos para inferir que en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos .."
ResponderEliminarEn otra parte dice el anumérico Minotauro "Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar"
Así que a lo mejor los números no son más que muchos 1 y esto de las cuatro reglas solo es una complicación extravagante de la civilización.
Max Aub, pág. 412 de Luis Buñuel, novela.
ResponderEliminarEinstein articula en 1905 la teoría de la relatividad.
Considerando el universo esencialmente como energía, la materia desaparece de nuestra observación, se borra la figura y únicamente puede traducirse en símbolos matemáticos , en fórmulas abstractas.
Lo que formula Einstein es el arte nuevo. Aún sin saberlo, el cubismo, el futurismo, el dadaísmo surgen de sus famosas ecuaciones. El mundo es curvo e ilimitado, es inaccesible a su lectura directa.
Dear Woman
ResponderEliminarNo recordaba ya esa historia de El Aleph, triste sin duda. Con el 1 y el cero basta y sobra para la programación, lo demás es efectivamente un complicarse la vida.
A ver si retomo la historia de Asterión, aunque sea solo por volver a coger El Aleph con portada de Daniel Gil
Keep in touch
Hola Silvio
ResponderEliminarYa me está picando la curiosidad ese libro de Max Aub del que ignoraba su existencia. Aunque me leeré antes sus diarios, no sé por qué el cuerpo me pide leer diarios.
El miércoles pasado se cumplieron precisamente 100 años de la relatividad general
Saludos cordiales
Me ha gustado esta entrada, no sé si será porque los números me han atraído siempre. Posiblemente me encuentre en el primer grupo que defines. Recuerdo que una amiga alemana, muy inteligente y sensible, escultora por más señas, me contaba que había dado clases a un grupo de ciegos y éstos relacionaban los números con colores. Me preguntaba ella si yo no les asignaba colores y me iba enumerando y coloreando cada uno de ellos. Nunca se me ocurrió tal cosa, pero eso sí, unos me resultan más simpáticos que otros. Curioso, ¿no? Porque si con alguno hubiera tenido una experiencia muy especial... Pero no, no ése el caso. Quizá los pares me resultan más...pastorrones, más señorones... más engreídos, en suma, menos interesantes. Es posible, que en general me caigan mejor los impares. ¡Qué sé yo!
ResponderEliminarEsto de la atracción por los números es algo extraño. Una tía abuela mía se sabía número de años y fecha de nacimiento de todos sus hijos, nietos e incluso sobrino- nietos. Y no eran pocos. Me dijeron que conocía mis datos aun cuando yo no llegué a conocerla a ella personalmente. Y quien me lo dijo creo que era de fiar. Algo de ella puede que yo haya heredado porque suelo recordar fechas fácilmente, aunque hoy día no tanto.
Está claro que el 0 y el 1 han contribuído mucho a facilitarnos la vida, ¿Se estudia hoy día en los institutos el cálculo digital con sólo estas dos cifras? A mí me resultó algo fascinante.
Hasta la próxima, querido JSP!
Evanesc
Estimada Evanescente
ResponderEliminarMuy curioso lo de los números y los colores. Creo recordar que al escritor Daniel Tammet le ocurría algo parecido. A mí sin embargo me gustan más los pares. A los que nos gusta el fútbol y somos ya mayores recordamos que los números del 1 al 11 tenían un significado propio, que informaba de la posición y el estilo de juego del protador.
Hasta la próxima!
Ya sabéis de la nueva película de Ron Howard, basada en la historia de Moby Dick, el caso es que acabó de ver Una mente brillante en Youtube, recomiendo esta excelente película que tiene mucho que ver con el post de Jean Sol
ResponderEliminarTomamos nota de las recomendaciones. Acabo de sacar de la biblioteca "La gallina ciega" el diario de Max Aub precisamente de cuando vino a documentarse para "Luis Buñuel, novela"
ResponderEliminarSaludos cordiales
Yo le veo atractivo a la exactitud de las Matemáticas. Creo que comenté alguna vez aquí un poema que me gusta de Enrique Verástegui, en el que decía “si multiplico 1x2x5x3 llego a un punto: sale 30” pero si analizo gramaticalmente la frase la primavera es hermosa, “¿cómo se que la primavera es hermosa?”
ResponderEliminarAunque, como dice el texto de Doctorow, “los números eran inmutables. Su orden era fijo, universalmente cierto” también es verdad que algunos desconciertan un poco. Tiene David Jou un poema sobre el número pi que dice:
“ es seguro
que en los decimales de de pi encontrareis la fecha
de vuestro nacimiento
…
y vuestro número de teléfono;
más aún: si designamos las letras mediante números
-1 la A, 2 la B, 3 la C, 4 la D
y así sucesivamente-
sabed desde ahora que vuestro nombre está escrito
en los decimales del número pi,
y que en algún lugar del número pi podéis hallar,
juntos, vuestro nombre y el de vuestro amor
y el nombre de vuestros hijos,
…”
Saludos
Estimada Agnes
ResponderEliminarNo recuerdo que apareciera aquí el poema de Verástegui, bienvenido sea.
Sobre David Jou conocía y publiqué en el blog otro sobre pi, pero no ese, que me gusta y me lo apunto para futuras entradas, es muy bueno
Cordiales saludos