lunes, 19 de junio de 2017

BLOODY MIAMI (TOM WOLF) Y LOS DETRITÍVOROS

¡Los gusanos!...Una vez, cuando tenía seis o siete años, Magdalena se encontró con un perro muerto en una acera de Hialeah. Una verdadera colonia de gusanos escarbaba en una profunda herida en las ancas del animal…sólo que no eran gusanos exactamente. Parecían más bien lombrices…lombrices cortas, blandas, mortalmente pálidas; y no se mostraban muy pacíficas para ser una colonia. Eran un enjambre de gusanos que se retorcían, se deslizaban, se estremecían, se revolvían, se enredaban y peleaban, removiéndose unos encimas de otros en un frenesí descerebrado, acéfalo, para apoderarse de la carne muerta. Después se enteró de que se trataba de larvas descefalizadas. Carecían de cabeza. El frenesí era lo único que tenían. No poseían cinco sentidos, sino uno, el impulso, y el impulso era lo único que sentían. Estaban completamente ciegos.



Hoy vamos con un tema asqueroso, así es la ciencia, a veces mancha y da asco. Incluso los bichos más feos y con un trabajo asqueroso tienen su importancia en los ecosistemas. Así, los detrívoros (llamados así porque se alimentas de detritos, es decir, de materia orgánica descomponiéndose) son fundamentales en la cadena trófica.
Todo niño ha encontrado alguna vez una lombriz escarbando en la tierra. Ese momento es crucial para el posterior hombre porque hay dos maneras de reaccionar ante este encuentro. El niño con aptitudes hacia la Fisiología animal observa atento e incluso retuerce la lombriz con un palito. El niño sin aptitudes hacia la Fisiología animal no vuelve a jugar con la arena por un tiempo.

4 comentarios:

  1. Muy feísmos que son los gusanos del texto,y es que, el hecho de ser bajunos siempre por los suelos y tan poca cosa, no los favorece pero,como a tantos otros animalicos, los dibujos de la tele los convierten en atractivos. A tal punto que la actual infancia tiene dos faunas, el gusanito de la tele y el "gusanito en persona".
    Un motivo de gloria para el desacreditado gusano "en persona" parece ser que los de seda son capaces de destruir los plásticos que nos invaden, así que la cadena trófica se pasaría al mundo industrial. No hay que poner freno al progreso (En los anquilosados diálogos y monólogos que las EOI plantean, siempre hay un debate sobre si hay que poner freno al progreso o no, pero si hablas de los gusanitos te sales del tema )
    Como nos vamos haciendo todos más buenos y más veganos, la cadena trófica va a terminar rompiéndose. ¿ Quien se comerá a los cerdos y las vacas? ¿Acabarán volviéndose carnívoros y atacarán a los dulces veganos?
    Mucho nos queda por ver si Dios nos da vida

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  2. Dear woman
    Los animales siempre salen favorecidos en los dibujitos, ocurre desde Esopo si me apuras. Yo he hecho una distinción entre los niños con o sin aptitudes hacia la Fisiología animal, pero ahora que lo pienso hay otra más importante entre niños camperos y urbanitas.
    "El campo, ese horrible lugar en el que los pollos se pasean crudo", era el título de un artículo en el que Gabriel García Marquez se quejaba de la ignorancia de los niños urbanos en asuntos camperos.
    En contraposición (que no es lo mismo que contraprocesión, como explica Antonio Reguera) una vez Mafalda se sorprendió en una viñeta al ver un cadáver de pollo en la nevera.
    No creo que falten voluntarios en la historia de la humanidad para comerse a los cerdos y las vacas.
    Saludos cordiales

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  3. pedro lópez garcía29 de junio de 2017, 12:27

    Ya Tom Wolf describe con maestría la escena que produce nuestra repulsión. Descefalizados, abundantes, voraces, pálidos gusanos revolviéndose para acabar frenéticamente con los tejidos del perro que nosotros transformamos en los nuestros sin apercibirnos. En la Biblia se condena a la serpiente que se arrastra y con ella cayó el estigma sobre todo reptil con mayor o menor intensidad. El cimpiés por tantos pies y por su veneno. El gusano por sinuoso, blando y siniestro. La lombriz por su color descarnado y por seguir viviendo y regenerarse tras ser amputada. Lagartos, culebras y caimanes por su silencio al acecho. Cuánto de toda esta reacción y siniestro universo es cultural y cuánto instintivo? A propósito, ¿están los huevos de los queridos gusanitos en la tierra esperando o acaso los lleva el perro en su persona?

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  4. Es verdad, Pedro, lo describe con maestría y está muy bien esta novela.
    A mí me dan muchísimo asco las serpientes, creo que de manera instintiva, aunque no podría asegurarlo, claro. Sin embargo, lagartos y caimanes, sin llegar a simpatizarme, tampoco me repugnan
    La última pregunta es muy buena, y dio lugar a una controversia en la historia de la ciencia, la de la generación espontánea.
    Saludos cordiales y buen veranito

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