lunes, 17 de julio de 2017

STEPHEN HAWKING (PARADE), MARADONA Y EL DESEQUILIBRIO CUERPO-MENTE

Volaré, yo volaré 
encajado en un traje blanco 
yo volaré 
Y flotaré, sí, flotaré 
hacia el centro de un agujero negro 
yo flotaré 
Stephen Hawking me dijo todo esto 
Stephen Hawking cayendo desde el cielo 
Romperé, si, romperé 
las barreras que me sujetan 
yo las romperé 
Quien sabe que, quien sabe ya 
la velocidad del pensamiento 
dónde me llevará 
Stephen Hawking me dijo todo esto 
Stephen Hawking cayendo desde el cielo 
Con el volumen de una nova 
con la tensión de un Big-Bang 
estoy vivo y lo estaré 
por mucho tiempo más 
Stephen Hawking predijo todo esto 
Stephen Hawking cayendo desde el cielo



Siempre que pienso en Stephen Hawking (en la película "La teoría del todo" pronunciaban Steven) y en una mente tan privilegiada en un cuerpo tan humillado me acuerdo del caso totalmente opuesto: Maradona, cortito de luces pero con unas condiciones físicas innatas superdotadas, Cuando Maradona estaba bien, como decían sus preparadores, era como un gato, sólo le hacía falta comer y dormir.
Me parece a mí que, entre estos dos casos extremos, lo razonable es que haya más equilibrio entre estas dos facetas.

2 comentarios:

  1. Habida cuenta que el tema va de cantarulla, tan sobria en este caso, añado dos que vienen al caso:
    Camarón por su cuenta y sin que se lo diga el sabio, cuenta su experiencia, siendo él quien advierte sobre la flor de la noche y el peligro del agujero negro

    "Volando voy,
    volando vengo
    por el camino yo me entretengo
    Yo no soy quien soy ni los que me quieren, señoras y señores sepan ustedes
    que la flor de la noche
    pa quien se la merece"

    Ya antes Modugno, pintado de azul enmedio del azul del cielo,fue arrebatado por el viento y llevado al espacio infinito

    "Poi d'improvviso
    venivo dal vento rapito
    e cominciavo a volare nel cielo infinito
    Volare o,o o
    cantare o o o
    nel blu dipinto di blu"

    A fin de cuentas el deseo de inmortalidad nos sale por todos lados, aunque sea como una piedrecilla cósmica girando alrededor de Saturno hasta que nos coma

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  2. pedro lópez garcía24 de julio de 2017, 19:40

    En ese tira y afloja andamos. Cada cual con más o menos empeño. La búsqueda aquella del santo Grial y la piedra filosofal. Parece que dentro de toda persona pudiera encontrarse ese lugar de encuentro finalmente. Me atrevería a pensar que dentro de todo cuanto nos circunda. Es tal vez algo soberbio por nuestra parte creer que la conciencia se acaba ahí, donde se recorta nuestra figura.
    Ese anhelado encuentro, ese punto de luz en el que el individuo cartesiano deja de serlo tanto y el hombre meramente apasionado se dispone a contemplar los astros y -¿cómo no?- su templo íntimo, no es algo sobre lo que disertar así, fácilmente. Pero, ¿a que la foto aquella de A. Einstein sacando su lengua y mirándonos dice mucho sobre esto mismo? Un saludo

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