lunes, 18 de diciembre de 2017

LA SUERTE DE LOS LOGAN ( STEVEN SODERBERGH) Y LA QUÍMICA DE LAS EXPLOSIONES





Pues la reacción la explica bastante bien Daniel Craig, se nota que ha sido James Bond. Escenas como estas son las culpables de que los alumnos nos exijan fuegos artificiales a los profesores de Química cuando los llevamos al laboratorio

6 comentarios:

  1. Viendo el fragmento de la película, aprecio la enérgica actividad del cuñao A que sabe cómo doblar la bolsica de plástico y corre y manda correr en la dirección adecuada, frente a la otra actitud de los cuñaos pasivos B y C que admiran algo desconfiados la pertinaz seguridad del cuñao A.
    El misterioso clorato potásico acaba venciendo y la explosión se produce; claro un laboratorio de instituto queda descolorido al lado de eso, por mucha bata blanca y mucho espíritu lúdico que se le quiera echar.
    Al personal nos gustan los cohetes y en estos días el personal hace todas las mascletás posibles por calles y plazas jugando a ser cuñaos aguerridos
    Buenas Navidades a todos

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  2. Dear woman
    Tenía yo una bata que curso tras curso mi madre se empeñaba en meter en mi maleta de interino. Maleta de interino que, dicho sea de paso, era una maleta indigna, de estampado chungo y sin ruedas, una maleta que me hacía perder todo hipotético prestigio en cualquier estación de tren de España. Maleta de monja, la llamaba yo.
    Yo no protestaba, porque no tiene sentido discutir con una madre, pero curso tras curso sacaba la bata y la ponía en mi armario de mi piso de alquiler de interino y ahí se quedaba hasta que la volvía a meter en la maleta de monja. Nunca me la puse, porque soy un químico moderno, como esos curas que van de incógnito. La bata ha recorrido múltiples pueblo de Cuenca, Toledo, Ciudad Real... y por ahí seguirá, en la maleta de monja, seguramente.
    See you later alligator

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  3. pedro lópez garcía27 de diciembre de 2017, 15:49

    Esos mismos alumnos sí que se hubieran divertido si hubieran asistido al experimento que tuvo lugar en la habitación de una casa de vecinos de la calle Feria de Sevilla, allá por el año 1965. Tenía yo entonces 8 0 9 años y mi hermano 14 o 15. Aquella mañana, como de costumbre, había salido mi madre a sus mandados. Era entonces la ocasión. Sabïamos que en casi todos los cajones habían monedas sueltas, botones y cintas, viejas llaves, alguna tijera y medicamentos mas o menos caducados. Sólo era cuestión de mezclar 12 o 15 de aquellos elementos, añadir alcohol, mercromina y sal de frutas. Y ¿para qué servía aquello si no lo prendías como tiene que ser? Claro que si prendes un bote de vidrio, en dos segundos te quemas las yemas de los dedos. Eran las yemas de los dedos de mi hermano, que no tardó un tercer segundo en arrojar la improvisada probeta contra el acopio de enseres del pequeño cuarto. Los alumnos mencionados hubiesen sabido sin dilación que el siguiente decorado era el de una colcha en llamas, parte del hule y alguna candela azulada sobre el suelo. Es lo que tiene el alcohol... El uno golpeaba el fuego con alguna prenda, mientras el otro lanzaba agua contenida en el cubo que mamá ya había puesto limpia antes de marchar. Sofocado el incendio, no tuvo otra ocurrencia el hermano que soltarme un bofetón y yo otra que no fuese blandir unas tijeras con las cuales atrevesé el vecindario resuelto a vengarme. ¿Hubiera sido yo capaz de quedarme sin hermano?, les preguntaría yo a esos alumnos con el ánimo de mantener en ellos la literaturaconciencia

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  4. Estimado Pedro
    Pues este relato, pues es un auténtico relato literario más que un mero comentario en un blog, sí que es en sí mismo una escena cinematográfica, o incluso daría para un corto.
    Los peligros de liarla con la ciencia como coartada siempre están ahí, yo mismo en un instituto de Cuenca estuve a punto de hacerlo una vez
    Saludos cordiales

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  5. Buenísima última tarde del año, Jean Sol.

    Aunque mi comentario no tiene que ver con este post, no sabía muy bien dónde publicarlo.

    Hace unos días, en una comida con amigas (de las perdurables que han sobrevivido a las abatidas del tiempo y el recuerdo) resulta que hablamos de ti sin saber que eras tú. Mi amiga hablaba de un familiar y yo no sabía que ya te leía. Cuando ya me puse a buscarte por esta otra ventana del mundo, me percaté de que te tenía entre mis contactos de alguna que otra red social y de que había leído algunos de tus posts no sin cierta admiración.

    Quería, pues, felicitarte por él. Me parece maravilloso que haya personas que no solo encuentren cierta conexión entre la ciencia y la literatura, sino que encima la expliquen y hablen de ella con la misma naturalidad que a otros nos enseñan a seccionar un texto para encontrarle sus conflictos y puntos de giro.

    Te añado a partir de ahora a mi feedly, ya que uno de mis puntos débiles a la hora de escribir cuentos es trabajar esa verosimilitud que tanto nos cuesta.

    Felicidades por el blog y feliz año.

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  6. Muchas gracias, Xenia, por tu comentario. Una de las cosas graciosas de internet son este tipo de coincidencias como la que cuentas de tu amiga.
    Quedamos pues ya en contacto e identificados, buscaré tus relatos para leerlos con atención.
    Feliz año para ti y tu familia también

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