lunes, 21 de julio de 2025

LA ETERNIDAD DE LO FUGAZ (JAVIER VELAZA) Y LOS FOTONES

 (ese fotón) que no sabe qué es la luz y que es la luz

Los fotones protagonizan no solo la dualidad onda-corpúsculo sino esta doble ignorancia también. El primer desconocimiento, qué cosa es la luz, ha sido compartido con la humanidad durante todo el tiempo que ha durado esta controversia.

El foton no sabe que es la luz como el átomo no sabe que es la materia (ni qué es la materia). Igual que la palabra definida no puede aparecer en la definción. El agua no sabe qué es el agua y que es el agua. ¿Sabe un perro qué es un perro y que es un perro? Yo diría que, a su manera, sí.

Más adelante dice el poeta  “No saber es el don que hace sublime / cada cosa sencilla que acontece”, verso con el que puede uno o no estar de aucerdo, pero que a mí me evoca a la infancia, en la que todos somos fotones ignorantes.

Sobre la ignorancia de las cosas inanimadas me resuena (como dice ahora la gente por el inglés) este poema de Manuel Alcántara:

No sabe el mar que es domingose revelan inmortaleslas olas a cuerpo limpiocada vez que muere algunala misma ocupa su sitio.
No sabe el mar que es un náufragosin reloj y sin amigosel mar flota sobre el marni cómplice ni testigoensimismado en su azuly ajeno como dios mismo.
Mientras va y viene en la orillano sabe el mar que lo miro.

lunes, 7 de julio de 2025

LA SEÑORITA DASHWOOD (ELIZABETH TAYLOR) Y LAS FRACCIONES

 —Historia —empezó Cassandra—. ¿Qué te han enseñado?

—Oh, ya la he dado entera, y llegué a Elizabeth por segunda vez —dijo Sophy, con ligereza.

—¿Aritmética?

—Estaba haciendo sumas de esas en las que hay números encima de una línea y también debajo.

—¿Fracciones?

—No, creo que no se llamaban así.

—¿Te sabes las tablas de multiplicar?

—Antes sí.

—Bueno, pues parece que daremos aritmética cada día. ¿Francés?

La niña se encogió de hombros

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La institutriz protagonista de esta novela está haciendo una prueba inicial para saber los conocimientos previos (caso de existir) de la niña, su punto de partida. Pudiera parecer que no sabe mucho de Matemáticas, pero es cierto que ella podría haber estudiado las fracciones con otro nombre, ya que una fracción puede denominarse también quebrado, número racional, razón, o incluso división indicada.

Es importante si hay uno o varios nombres para designar la misma cosas (¿sinónimo?), como también lo es lo contrario: un mismo nombre para designar dos realidades distintas (¿polisemia?). Que se lo digan si no a la autora, que se llama Elizabeth Taylor y que las posibilidades de encontrar información en Google sobre ellla y no sobre la actriz son casi nulas. Mala suerte. Como cuenta Rodrigo Fresán en su reseña sobre su mejor novela, Prohibido morir aquí, Elizabeth Taylor sufrió un doble ostracismo, eclipsada primero por sus compañeras de generación, Virginia Woolf e Iris Murdoch, y después por la famosa actriz