Es
un momento de intensa emoción porque la pequeña embarcación está
escorada de banda y amenaza con hundirse. Hogarth y el niño se echan
de bruces al suelo a palear el agua con las manos, con la esperanza
de crear ondulaciones concéntricas que atraigan al barco hasta el
alcance de su mano. Hogarth gruñe. Los intentos son aparentemente
inútiles
Hogarth y el niño quieren recuperar un barco de juguete moviendo el agua con la mano. Todo el mundo ha hecho algo parecido con una pelota en el medio de una piscina que se quiere recuperar sin meternos en ella. Los esfuerzos suelen ser efectivamente inútiles, por la definición clásica de onda: transporte de energía sin que haya transporte de materia. Cuando la onda llegue al barco este sube y baja en la dirección vertical de la perturbación. La onda avanza en la dirección perpendicular, por eso es una onda transversal. Para recuperar la pelota o el barco necesitaríamos crear una onda longitudinal, con velocidades paralelas de vibración y propagación
Con qué buena voluntad Hogarth y el niño se afanan paleando el agua! Sin saber la teoría de que la onda avanza en la dirección perpendicular y por eso es onda transversal. De ahí la convicción de que la fe mueve montañas y todos hemos atraído la pelota así alguna vez pues si esto no hubiera ocurrido, que la pelota no se hubiera acercado jamás al manulleo, ese gesto transmitido genéticamente no se haría , sabido el ancestral fracaso.
ResponderEliminarEl manulleo puede fortalecerse y acrecentar el éxito, pese a las ondas longitudinales, si Hogarth o el niño dicen "Ven acá p'acá "pero en inglés si se trata de a ball
Dear Woman
ResponderEliminarQué interesante reflexión sobre la transmisión genética del gesto de ven acá pacá. Es un gesto muy humano, sobre todo teniendo en cuenta que el artefacto a recuperar no tiene una utilidad inmediata biológica.
La relación de otros animales con el agua es también interesante, el otro día escuché la expresión: "estás más serio que un perro en una lancha", y es verdad que no se fían de las barcas y demás derivados naúticos
Vengaaaaaaaaaaaaaaaaa
Me quedo parada al llegar a esta palabra'transversal' y enseguida sé por qué. Y es que la descubrieron de pronto los políticos de estos últimos años y con ella quieren hacernos ver que se producirá un cambio sustancial o radical en el orden sobre el cual exponen. Luego, por más que la usan, vemos igualmente que el balón se mueve poco o deriva a espacios donde poco se ñuede hacet para alcanzarlo. En fin..
ResponderEliminarRecuerdo que los recursos de los que echábamos mano para recuperar la pelota eran variados cuando no era el aire sencillamente el que lo orillaba, ayudándonos así. Unas ves nos servíamos de una vara larga, otras, sin más, a a pedradas, y las que más, terminábamos metiendo las manos en el agua misma y lanzándola sobre la pelota, conseguíamos empujar la a la otra orilla donde esperaba uno de los compañeros de juego. Con qué prisa volvíamos a darle patadas y hacerla rodar!
Hombre, Pedro, qué alegría verle por aquí de nuevo
ResponderEliminarLos políticos son especialistas es gastar las palabras y despojarlas de su original e inocente significado, que en el caso de la transversalidad se refiere únicamente a una cuestión geométrica, de perpendicularidad.
Un buen ejemplo que suelen dar los profesores en clase para ilustrar cómo las ondas transportan energía pero no materia es imaginar un rumor que se transmita de un lugar a otro sin que nadie viaje, sólo contándoselo a alguien próximo.
Otro lugar clásico que eligen las pelotas como alojamiento cuando se escapan a descansar del juego es debajo de los coches, buscando el calor, como los gatos. Y también requiere de maniobras complicadas su rescate, poniendo en riesgo rodillas y pantalones
Yo sigo dándoles a la pelota a mi edad, cada año, cada partido que juego sé que puede ser el último
Saludos cordiales